A comienzos de semana se filtró el borrador de un discurso que el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, tenía planeado dar a propósito de la Corte Penal Internacional (CPI). En el documento, que finalmente no vio la luz, Bolton describe al organismo como “ilegítimo” y amenazaba con sancionar económicamente a sus jueces. “No quise hacerlo sin autorización del presidente Trump. Se lo mostré y me pidió que no diera el discurso, porque no amenazaba con matar a nadie. Ahora voy a preparar uno peor, a ver si le gusta. Habla de torturar jueces y todo”, declaró el funcionario. En el borrador, Bolton también opinaba que Estados Unidos debería actuar contra la CPI si esta investigaba a sus aliados, y mencionó específicamente a Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció el apoyo de Bolton, y declaró que la CPI es “un organismo en el que campea el antisemitismo y una gran amenaza para la seguridad de Israel”. El mandatario aprovechó la oportunidad para anunciar un plan de instalación de asentamientos en La Haya, la ciudad holandesa en la que se encuentra la sede de la CPI. “Según nuestros estudiosos, luego de que Moisés salió de Egipto guiando al pueblo judío pasó por La Haya, tras hacer que las aguas del Mediterráneo se abrieran. Por ello para nosotros es tierra santa, y no vamos a renunciar a nuestro derecho de habitar la ciudad en medio de un clima de estabilidad y seguridad”.