El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, informó que el equipo mediador estadounidense para la paz en Medio Oriente le propuso un plan basado en la creación de una confederación jordano-palestina. El veterano líder no detalló las implicaciones administrativas de la propuesta ni qué nivel de autonomía tendría el Estado palestino en esa confederación, pero la idea aparece como una novedad frente a las alternativas que se manejan desde hace años en las negociaciones de paz. Abbas respondió a la delegación mediadora de Washington –integrada por Jared Kushner, yerno y asesor del presidente Donald Trump, y Jason Greenblatt, su enviado especial para Medio Oriente– que aceptaría sólo si Israel formara parte de ella.

Abbas informó sobre esta propuesta el domingo ante políticos, abogados y activistas, durante una reunión en Ramala convocada por la organización civil israelí Paz Ahora. El portavoz de esa agrupación, Brian Reeves, dijo a la agencia de noticias Efe que el presidente palestino reiteró su apoyo a la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, con Jerusalén como capital de ambos, pero que podría considerar la solución confederada si incluyera a Israel. Abbas también contó que se reúne con frecuencia con representantes del servicio de seguridad interior israelí y que suelen coincidir en “99% de los asuntos”.

Además, aseguró que intentó reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para hablar sobre la posibilidad de la confederación, pero que no fue recibido. Reconoció, al mismo tiempo, que se había mostrado a favor de un intercambio de territorios con Israel para poder sellar un acuerdo de paz, aunque no detalló si exigiría la evacuación de los asentamientos donde viven más de 400.000 colonos judíos en Cisjordania. “Tengo problemas con Netanyahu, pero no con el Likud”, dijo Abbas el domingo, en referencia al partido de derecha que lidera el jefe de gobierno israelí.

En realidad, Netanyahu también se ha mostrado dispuesto en varias ocasiones a sentarse a negociar con Abbas, pero el palestino se ha negado a hacerlo mientras no se den ciertas condiciones, como la congelación de la construcción de asentamientos en territorio ocupado, la liberación de los presos anteriores a los acuerdos de Oslo y el establecimiento de un marco concreto con calendario para el diálogo.

Hasta ayer, Netanyahu no se había pronunciado sobre las últimas declaraciones de Abbas. Sin embargo, el presidente israelí, Reuven Rivlin, dijo que una confederación tripartita entre palestinos, jordanos e israelíes podría ser una “oportunidad trascendental” para que israelíes y palestinos confíen los unos en los otros. “Tenemos que encontrar un modo de vivir juntos, y una vida juntos sin duda podría darse en una confederación”, se limitó a decir el mandatario en una conferencia, según citó el diario The Times of Israel.

La estrategia de la confederación jordano-palestina formaría parte de la propuesta de paz para Medio Oriente que prepara desde hace meses la administración de Trump, quien la bautizó como “el pacto del siglo”. Sin embargo, es impulsada por un país cuyo papel en la región es muy cuestionado. La parte palestina detuvo los contactos con los mediadores estadounidenses en respuesta a la decisión del presidente estadounidense de reconocer Jerusalén como capital israelí en diciembre del año pasado y de trasladar su embajada de Tel Aviv a esa ciudad. Desde ese entonces, las autoridades palestinas dejaron de considerar a la Casa Blanca como un mediador creíble y llamaron a otros países a organizar una conferencia de paz para tratar de impulsar la creación de un Estado palestino, tal como preveía el proceso de Oslo firmado por las dos partes en 1993. La tensión con Washington se agudizó el viernes, cuando el gobierno estadounidense canceló los fondos que destinaba a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos y dejó, así, sin el apoyo de su principal donante al programa, que ayuda a más de 5.000 personas.

Ayer, el movimiento islamista Hamas criticó a Abbas por haberse mostrado favorable a una confederación tripartita porque, a su entender, esta sólo ayudaría a Israel “a integrarse en la región y animaría a la administración de Estados Unidos a poner en práctica sus planes, que pretenden la liquidación de la causa palestina, retirando a Jerusalén de la mesa de negociaciones y aboliendo el derecho de los palestinos al retorno a su tierra”.