El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprovechó su presencia en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para hablar sobre la situación política en Venezuela. “Es un régimen que, francamente, podría ser derrotado muy fácilmente si los militares lo deciden”, dijo a periodistas después de un encuentro con el presidente colombiano, Iván Duque, cuyo gobierno también ha sido de los mayores críticos de Nicolás Maduro.

Trump hizo estas declaraciones después de que, hace dos semanas, el diario The New York Times informara que se reunió con militares opositores que planificaban un golpe de Estado contra Maduro.

En su discurso ante la Asamblea General, Trump volvió a referirse a la situación en Venezuela. Dijo que la crisis está generando una “tragedia humana” y llamó a “la restauración de la democracia” en ese país. También pidió a los países representados en ese ámbito “aislar al régimen iraní” para evitar que desarrolle “las armas más peligrosas del mundo”.

Las referencias a Venezuela no fueron declaraciones aisladas. Mientras Trump hablaba en Nueva York, en Washington el Departamento del Tesoro emitía un comunicado en el que daba a conocer nuevas sanciones contra seis jerarcas venezolanos. En el texto se asegura que Washington seguirá “imponiendo” sanciones “contra aquellos responsables del trágico declive de Venezuela”, entre otras cosas, para combatir “las redes y testaferros que utilizan para esconder su riqueza ilícita”.

Entre los sancionados figura la esposa de Maduro, Cilia Flores, quien se define a sí misma en su cuenta de Twitter como la “primera combatiente” de Venezuela. También aparecen en el listado la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, el ministro de Información, Jorge Rodríguez, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino. El Departamento del Tesoro acusa a estas personas de permitir a Maduro “consolidar su control sobre el Ejército y el gobierno” y advierte que Estados Unidos “continuará tomando medidas concretas y enérgicas contra aquellos que están involucrados en la destrucción de la democracia en Venezuela, así como aquellos que se están enriqueciendo a costa del pueblo venezolano”. Las sanciones implican la congelación de activos en Estados Unidos y la prohibición de hacer transacciones con ciudadanos y entidades estadounidenses.

La reacción de Venezuela no tardó en llegar. “No se metan con Cilia, no se metan con la familia, ¡no sean cobardes!”, exigió Maduro en un discurso televisado. “Su único delito es ser mi esposa”, dijo. Actualmente Flores no ocupa ningún cargo en el gobierno venezolano.

Mientras tanto, en Nueva York, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, advirtió a Estados Unidos que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el “pueblo” y las “milicias” sabrán “resistir y defenderse” ante un eventual ataque. “El ejemplo de Vietnam tal vez se quedaría corto ante lo que es capaz el pueblo de Venezuela cuando se decide a ser libre”, agregó.

El de Venezuela no fue el único caso en el que Trump ratificó las posiciones de su gobierno. En un tramo de su discurso ante la Asamblea General reiteró su rechazo a la Corte Penal Internacional, a la que recientemente uno de sus asesores amenazó con perjudicar si empieza una investigación sobre la actuación de soldados estadounidenses en Afganistán. “Nunca cederemos la soberanía estadounidense a una burocracia que no rinde cuentas ni ha sido elegida por nadie. Rechazamos la ideología de lo global y abrazamos la doctrina del patriotismo”, dijo.

Como otra demostración de su oposición a “la ideología de lo global”, Trump anunció que reducirá sus aportes a las misiones de paz de la ONU, de 28,5% a 25%, y exigió a los demás países que “paguen su parte justa por el costo de su defensa”.

El mandatario estadounidense también elogió su propia conducción del gobierno, lo que generó un momento extraño en la Asamblea General. “En menos de dos años, mi administración logró más que casi cualquier otra administración en la historia de nuestro país”, dijo. Como se oyeron algunas risas entre los presentes, sonrió y agregó: “Es tan cierto…”. Ante las risas, que siguieron, Trump remató, sonriente: “No esperaba esta reacción, pero está bien”.