El 3 de enero, la misión espacial china Chang’e 4 se convirtió en la primera de la historia que logró alunizar en la cara oculta de la Luna. Desde la Administración Espacial Nacional china consideraron que se trató de “un hecho histórico”, aunque una fuente del organismo reconoció que “el objetivo original no era posarnos en la cara oculta de la Luna, sino en la visible”. “Lo que ocurrió fue que nos excedimos un poco en nuestros esfuerzos por construir un vehículo espacial de bajo costo. Como resultado de esto, el Chang’e 4 resultó con algunos defectos, que lo llevaron a posarse a varios miles de kilómetros del lugar en el que supuestamente tendría que haberlo hecho”. A pesar de estas dificultades, la misión espacial pudo completar con éxito uno de sus experimentos: hacer brotar una semilla de algodón. Un vocero del gobierno chino celebró el éxito del experimento. “Ahora que dimos este primer paso, esperamos que para 2028 estaremos exportando vestidos a la Tierra”, declaró. Es que el cultivo de algodón en el satélite terrestre forma parte de un proyecto de Pekín para instalar fábricas textiles en la luna. “Cultivar algodón y producir textiles en la Luna presenta grandes ventajas comparativas. La principal es que allí hay aun menos legislación laboral que en territorio chino. No hay ninguna, de hecho. Producir allí permitirá a nuestra industria abatir los costos hasta niveles inalcanzables para cualquier otro país”, explicó el vocero.