Los diez integrantes de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se encuentran en Cuba negaron tener alguna responsabilidad en el atentado contra una escuela de policías cometido el jueves en Bogotá, que dejó 20 muertos, además del atacante. Se trata de un grupo de diez representantes de ese grupo armado que viajaron a La Habana para negociar la paz con el gobierno de Colombia. Si bien permanecen allí desde hace más de un año, el diálogo se interrumpió antes de que Iván Duque asumiera la presidencia, en agosto.

“La tarea nuestra en Cuba es sacar adelante la agenda de conversaciones; los hechos que ocurren en Colombia ni los conocemos ni tenemos injerencia o algo que ver con ellos”, dijo a la agencia de noticias cubana Prensa Latina uno de los integrantes del equipo negociador del ELN, Israel Ramírez, conocido como Pablo Beltrán.

Duque pidió el viernes a Cuba que entregue a esa delegación del ELN para juzgar a sus integrantes por el ataque con coche bomba a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en la que se forman oficiales. Desde entonces, el ELN reconoció su responsabilidad en el atentado, y argumentó que se trata de una acción contra las fuerzas de seguridad enmarcada en el conflicto armado. Ayer, el presidente colombiano reiteró su pedido y manifestó su expectativa de que Cuba “ayude a que se haga justicia en Colombia”. Su solicitud fue respaldada por varios gobiernos y por partidos políticos colombianos.

En respuesta, Cuba había manifestado que se regiría por lo que establecen los protocolos del diálogo de paz para el caso de que las negociaciones se interrumpan. Con esa postura coincidió Beltrán. “Hay un protocolo que dice que en caso de interrupción de las conversaciones el propio Estado [colombiano] debe dar garantías para nuestro regreso, entonces lo que debe es cumplir lo pactado en vez de pedirle cosas imposibles a Cuba”, dijo. Agregó que el gobierno de Colombia lanzó “una ofensiva militar” contra el ELN, ante la cual “ha habido respuestas como la del jueves”.