El portavoz de los bomberos del estado brasileño de Minas Gerais, Pedro Aihara, dijo ayer que tienen previsto trabajar durante “semanas” en la ciudad de Brumadinho. Aclaró, sin embargo, que “son muy pequeñas” las expectativas de encontrar sobrevivientes en la zona, que el viernes fue afectada por el vertido de lodo y residuos causado por la ruptura de una represa de la minera Vale.

Ayer, los números oficiales de víctimas se actualizaron. La cantidad de muertes que causó este incidente subió de 58 a 65 y se redujo de 305 a 279 la lista de desaparecidos. Desde el viernes, 191 personas fueron rescatadas con vida.

Raquel Dodge, la procuradora general de la República, anunció la creación de un equipo específico para investigar la responsabilidad de la empresa en el ámbito civil, penal y administrativo, y para evaluar el daño ambiental en la zona de Brumadinho. La funcionaria afirmó que Vale debe ser responsabilizada “con severidad” por lo ocurrido.

También se refirió a la minera el presidente en funciones de Brasil, Hamilton Mourão, que reemplazó a Jair Bolsonaro porque el gobernante debió someterse a una cirugía. Consultado al respecto, Mourão dijo que el gabinete de crisis estudia la posibilidad de impulsar el alejamiento del directorio de la empresa durante las investigaciones. “Tenemos que estudiarlo, no tengo certeza de que se pueda hacer esa recomendación” desde el Ejecutivo, aclaró.

Por su parte, uno de los abogados de la empresa, Sergio Bermudes, dijo que no estaba previsto el alejamiento del directorio en ninguna circunstancia, que Vale “no ve razones determinantes de su responsabilidad” y que “atribuye lo ocurrido a un caso fortuito que está investigando todavía”. Sin embargo, poco después, la oficina de prensa de la minera tomó distancia de Bermudes. Manifestó que Vale “no autorizó ni autoriza a terceros, inclusive abogados contratados, a hablar en su nombre”, y que se enfocará en contribuir con las investigaciones para determinar qué ocurrió y en “el apoyo a las familias afectadas”.

Ayer, el director ejecutivo de Finanzas de la minera, Luciano Siani, anunció que donará unos 26.000 dólares a la familia de cada una de las víctimas como una ayuda voluntaria, independiente de las indemnizaciones que deba pagar. “Se trata de un aporte inmediato para quien esté con un familiar desaparecido, y busca aminorar la incertidumbre de las familias que perdieron su fuente de renta y tendrán gastos extraordinarios por lo ocurrido”, dijo Siani, según informó la agencia de noticias Efe. “Somos conscientes de que los valores de indemnizaciones en estos casos son mucho mayores”, aclaró. Los daños materiales incluyen la situación de 135 personas que perdieron su casa.

Por otra parte, el directivo afirmó que Vale prevé construir una barrera de contención para evitar que el vertido de lodo y residuos mineros llegue al río San Francisco. Ayer, el contenido de la represa avanzaba a una velocidad de un kilómetro por hora.

Para la empresa, el vertido significó una caída tanto en su imagen como de sus acciones en las bolsas de valores (24,5% en la de San Pablo y 17,2% en la de Nueva York). Esta es la segunda vez en poco más de tres años que una de sus represas se rompe y causa estragos al medioambiente y a la población cercana. En noviembre de 2015, en la localidad de Mariana, también en el estado de Minas Gerais, un incidente similar al del viernes fue considerado el peor de la historia de Brasil.

Aquel incidente fue recordado ayer, entre otros, por el relator de la Organización de las Naciones Unidas para el impacto del manejo de sustancias tóxicas, Baskut Tuncak. El funcionario dijo a la edición brasileña de la BBC que lo ocurrido el viernes en Brumadinho “debería ser investigado como un crimen” y que “Brasil debería haber implementado medidas para prevenir colapsos mortales y catastróficos de represas después del desastre” de 2015.