La agrupación sindical Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA) aprobó volver a formar parte de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), en el cierre del Congreso Nacional de la CTA que tuvo lugar ayer en Lanús, localidad situada en el sur del Gran Buenos Aires.

La moción aprobada por la CTA, entidad muy vinculada al kirchnerismo que encabeza el dirigente Hugo Yasky, fue: “Aportar al fortalecimiento de la unidad del campo popular y de la lucha de la clase trabajadora que venimos impulsando a todo el país, dando mandato a la comisión de la CTA para iniciar el proceso de unificación con la CGT”.

De esta manera, la CTA da un un paso muy importante hacia la conformación de un central única de trabajadores, algo que había sido expresamente pedido por el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, a varios líderes sindicales, entre ellos Yasky y Hugo Moyano, ambos presentes ayer en el acto desarrollado en el gimnasio del club Lanús.

En el evento, entre otras figuras destacadas del ala política y sindical del peronismo, también participaron el candidato presidencial por el Frente de Todos, Alberto Fernández, el diputado Máximo Kirchner y la candidata a vicegobernadora de Buenos Aires por el Frente de Todos, Verónica Magario. Además de aprobar su fusión con la CGT, el plenario de la CTA decidió otras dos cuestiones: el respaldo a la fórmula Fernández-Fernández para las elecciones del 27 de octubre y “el mandato para participar en el diálogo de la concertación social”, en un eventual gobierno del Frente de Todos a partir del 10 de diciembre.

“Nos quisieron quebrar y nos unimos”, destacó Máximo Kirchner durante su discurso, en el que expresó fuertes críticas contra el gobierno: “El plan económico de Macri es el mismo que quiso aplicar la dictadura”, sentenció el legislador.

Por su parte, durante su alocución, Alberto Fernández reivindicó los derechos que ganó la sociedad argentina durante el primer peronismo y dijo además que “nos quieren hacer creer que los argentinos estamos mal porque tuvimos muchos derechos. Las mejores sociedades son las que dan derechos, no las que los quitan”.

El paso dado por la CTA es considerado histórico, ya que la entidad se escindió de la CGT en 1992, marcando su disconformidad con la alianza que había establecido la cúpula sindical con el gobierno que por aquellos años presidía Carlos Saúl Menem.