La oposición peruana cambió radicalmente su posición en la crisis que atraviesa el país. La semana pasada hizo que se archivara en el Congreso un proyecto presentado por el Ejecutivo que adelantaba de 2021 a 2020 las elecciones generales, pero eso no le impidió que ayer reclamara que se hagan esos comicios lo antes posible.

El cambio de posición parece obedecer a que el presidente, Martín Vizcarra, ordenó el lunes la disolución del Congreso. Esa decisión llevó a que el Legislativo votara una moción para suspender al presidente durante 12 meses y juramentara en su lugar a quien era la vicepresidenta, Mercedes Aráoz. En su discurso ella reivindicó al Congreso como institución y aseguró que Vizcarra tomó una decisión inconstitucional. Pero poco más de 24 horas después renunció tanto al cargo de vicepresidenta como al de presidenta en funciones. Argumentó que en Perú “se ha roto el orden constitucional” y expresó su deseo de que se “conduzca a la convocatoria de elecciones generales en el más breve plazo por el bien del país”.

Aráoz renunció en una carta dirigida al presidente del Congreso, Pedro Olaechea, que la compartió por medio de Twitter. Su misiva llegó después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestara que el Tribunal Constitucional debe dirimir la situación generada en el país.

La posición de Aráoz se replicó en otros sectores peruanos, entre ellos la opositora Fuerza Popular, que domina el Legislativo y que propuso que renuncien todos, tanto congresistas como Ejecutivo, y se llame a elecciones “inmediatamente”. No es exactamente la misma propuesta que había hecho Vizcarra, ya que si él renuncia, el cargo quedará en manos del presidente del Congreso, Olaechea, que integra Fuerza Popular, hasta que se realicen las elecciones. “Renuncie usted, renunciamos todos y llamamos a elecciones inmediatamente. No le temamos al pueblo, hagámoslo hoy”, dijo ayer Olaechea, antes de amenazar con que él, desde el Congreso, también puede aprobar la convocatoria a elecciones.

El gobierno no se dio por aludido con estas declaraciones. Argumentando que el Congreso está disuelto y, por lo tanto, no está en funcionamiento, no reconoció el juramento de Aráoz ni su renuncia. En la misma línea, fuentes del Ejecutivo dijeron a medios peruanos que tampoco reconocerán un llamado a elecciones que apruebe el Legislativo.

El nuevo primer ministro, Vicente Zeballos, dijo ayer que en este momento el Congreso “no existe” y aseguró que la presidencia funciona con normalidad y continuará con el proceso electoral previsto, anunciado el lunes, que prevé que se elijan congresistas el 26 de enero.

En paralelo, la Comisión Permanente del Congreso se reunió ayer por primera vez desde la disolución del cuerpo. Constitucionalmente, es la única que puede seguir sesionando tras la orden del presidente. En su agenda tenía previsto tratar “los actos del presidente de la República”, la renuncia de Aráoz y una eventual demanda por la situación política ante el Tribunal Constitucional.