(Hoy es 19 de noviembre. Faltan cinco días para la segunda vuelta).

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Quedan dos días de campaña antes de la veda, y las encuestas siguen mostrando registros muy parecidos. Ayer Cifra dio a conocer resultados de su primer sondeo posterior a la primera vuelta, realizado del 8 al 17 de este mes. Midió 47% de intención de voto por Luis Lacalle Pou, 42% por Daniel Martínez, 5% en blanco o anulado y un llamativo 6% de indecisos tan cerca del balotaje. Mientras tanto, los dos candidatos van terminando sus giras, en un clima que se mantiene bastante caldeado, no sólo por el fuego cruzado entre ambos, sino también por algunas tensiones que afloran del lado oficialista.

Lacalle Pou viene parado en los pedales, aunque insiste en que no hay que festejar antes de tiempo. Sus críticas a Martínez son muy duras, promete una coalición de gobierno firme y fecunda, y pronostica que seguirá unida durante cinco años. Más allá de lo que es esperable en el último tramo de una campaña, quizá lo más preocupante es que insista en referirse a los pronósticos de conflictividad si llega a la presidencia como si fueran amenazas de acciones subversivas. No hace falta ser muy astuto para ver que fuertes organizaciones sociales están en contra de varias de las propuestas que el candidato nacionalista quiere llevar adelante, y que por lo tanto intentarán frenarlas si él gana. Esto no va a resolverse -y puede agravarse- si un gobierno de Lacalle Pou alega que la victoria electoral le confiere una autoridad que es ilegítimo desafiar.

A su vez, el Frente Amplio (FA) dedicó parte de las últimas balas que disparará en esta campaña a cuestionar decisiones del gobierno departamental de Florida sobre el uso de espacios públicos, y Martínez, en una actividad sobre educación, llamó a mantener los grupos formados para apoyarlo en la campaña de este mes. Esto tiene sus bemoles, porque puede leerse como una intención de continuar en la posición de liderazgo que le dio la candidatura a la presidencia, y está por verse que eso vaya a suceder si gana Lacalle Pou. En ese caso, el FA deberá asimilar el impacto de su pasaje a la oposición, abordar una compleja autocrítica, y redefinir muchas cosas: entre ellas, quién manda, y es probable que la elección del candidato a la Intendencia de Montevideo sea el primer capítulo de ese proceso.

Yamandú Orsi, intendente de Canelones en uso de licencia para comandar la campaña de Martínez hacia el balotaje, tomó cierta distancia de declaraciones realizadas por el candidato. Recordemos que el Movimiento de Participación Popular, que Orsi integra, terminó volcándose por la precandidatura de Carolina Cosse en las internas (luego de que varios dirigentes intentaron sin éxito que José Mujica volviera a postularse), y no tuvo éxito. Sin embargo, en la primera vuelta se consolidó como la primera fuerza dentro del FA, y si bien aún no ha resuelto su propio relevo de liderazgos, es claro que tendrá un peso preponderante a la hora de definir rumbos para el actual oficialismo.

Hasta mañana.