Miles de personas salieron a las calles de Venezuela este sábado para reclamar la salida del gobierno de Nicolás Maduro, tomando como ejemplo las protestas de Bolivia, tras las cuales las Fuerzas Armadas pidieron la renuncia del presidente Evo Morales.

Arengados por Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente de Venezuela, los manifestantes se reunieron en una veintena de ciudades. Las movilizaciones transcurrieron sin que hubiera información sobre actos violentos por parte de los manifestantes o represión de las fuerzas de seguridad, algo que se temía particularmente desde el martes, cuando Maduro ordenó el despliegue de militares en las calles venezolanas para “garantizar la paz y las navidades felices en Venezuela” en un contexto de protestas.

La tensión también había subido en la previa de la marcha, la noche del viernes, cuando un grupo de personas armadas ingresó a la sede de Voluntad Popular, partido al que pertenece Guaidó. Según los opositores, robaron computadoras, celulares, documentos y una cantidad indeterminada de dinero. Los partidos de la oposición aseguran que se trató de una actuación de las fuerzas de seguridad, pero no hubo ningún pronunciamiento de estas ni del gobierno.

El sábado Guaidó participó en la marcha en el este de Caracas. Allí llamó a la oposición a mantenerse movilizada hasta que Maduro deje el poder. “Tenemos una agenda de conflicto permanente, sostenida, en la calle”, dijo. “La lucha es hasta que cese la usurpación, hasta lograr la transición, hasta que haya elecciones libres”, agregó. Recordó que para esta semana hay marcadas protestas de varios gremios, algunos de ellos de trabajadores públicos, como los enfermeros y los maestros, así como de estudiantes.

“Este 16 de noviembre ya ha logrado uno de sus principales objetivos: romper la falsa normalidad, que busca acostumbrarnos a sobrevivir en medio de esta miseria”, aseguró Guaidó. “Yo asumiré mi responsabilidad. Les pido a ustedes que también asuman su rol en esta lucha”, que, para cumplir con su objetivo, “requerirá más esfuerzo y mayor sacrificio”. “Si hoy salimos a la calle y [después] nos quedamos en la casa, habremos perdido”, concluyó.

Durante su discurso, Guaidó volvió a llamar a las Fuerzas Armadas a que le den su respaldo. “Tenemos que insistir hasta que el poder de las armas no esté del lado del usurpador, sino del lado de la Constitución [...]. Es el factor que hoy nos falta, es el factor que hoy debe tomar una decisión”, dijo.

En los últimos meses Guaidó ha repetido este pedido en varias ocasiones, e incluso impulsó en la Asamblea Nacional (cuyas decisiones no son reconocidas por los demás poderes) dos leyes que garantizan el perdón para los militares que ayuden a “restituir el Estado derecho” en Venezuela.

La movilización del sábado terminó en las puertas de la embajada de Bolivia en Caracas, donde los opositores manifestaron su apoyo a Jeanine Áñez, quien asumió la presidencia de Bolivia de forma interina tras la renuncia de Morales.

Por su parte, el chavismo hizo una contramarcha, también el sábado, en la que participaron miles de personas, aunque las fotos de los medios de comunicación y las publicadas en las redes sociales dan la impresión de que la oposición tuvo una mayor convocatoria.