La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, aseguró ayer que los servicios del bloque están “disponibles” para coordinar el retorno de los europeos que han combatido en las filas del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria. La funcionaria dijo a la salida de una reunión con cancilleres europeos que es posible crear una estrategia conjunta para hacer frente a la situación pero recordó que “cada país tiene un marco legal diferente”, por lo que las posibilidades y herramientas para llevar el plan a la práctica variarán según el Estado.

Las declaraciones de Mogherini fueron hechas un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presionara a los países de Europa para que se hagan cargo de más de 800 combatientes de EI que fueron capturados por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza de milicias kurdas que cuenta con el respaldo de Washington. “Estados Unidos pide a Reino Unido, Francia, Alemania y otros aliados europeos que se hagan cargo de unos 800 combatientes del EI que nosotros capturamos en Siria y que los sometan a juicio. El califato está listo para caer. La alternativa no es buena, porque estaríamos obligados a liberarlos”, escribió el gobernante el domingo en Twitter. “Es hora de que otros den un paso adelante y hagan el trabajo que son capaces de hacer. Nos retiramos tras una victoria de 100% sobre el califato”, agregó Trump.

Las FSD están en la fase final de la ofensiva para expulsar a los pocos yihadistas que quedan en el este de Siria, un número que la organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos estima en cerca de 300. Según anunció en diciembre, Trump prevé retirar las tropas estadounidenses desplegadas en el país cuando la milicia kurda dé por terminada la operación.

Uno de los primeros gobiernos en reaccionar al pedido del jefe de la Casa Blanca fue el alemán. La ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, dijo ayer al diario Bild que el gobierno es “responsable” de trasladar a los yihadistas al país “como ciudadanos alemanes”, pero dijo que no se podía “correr el riesgo” de regresarlos a Alemania sin tener “pruebas para juzgarlos por los crímenes cometidos en Siria y en Irak”.

La ministra también dijo que otro obstáculo es la falta de infraestructura para ofrecer asistencia consular en la zona siria donde se encuentran los combatientes, ya que Alemania no tiene representación diplomática allí. “En Siria no hay un gobierno con quien tengamos una relación razonable. [El presidente sirio, Bashar al] Assad no puede ser nuestro aliado”, argumentó Von der Leyen.

Por su parte, la ministra de Justicia de Francia, Nicole Belloubet, dijo que su país “no responde a presiones” y que mantendrá la política que tiene sobre este tema, que es estudiar la vuelta de los yihadistas franceses “caso por caso”. En tanto, los gobiernos de Bélgica, Eslovaquia y Luxemburgo abogaron por una “solución europea”, en un sentido similar a lo propuesto por Mogherini, según declaraciones citadas por la agencia de noticias Europa Press.

El único en rechazar de forma determinante la vuelta de combatientes de EI fue el canciller húngaro Péter Szijartó. “El mayor desafío ahora debe ser no permitirles que regresen a Europa”, dijo a periodistas de su país.

En cambio, el pedido de Trump fue aplaudido por las FSD, que aseguraron que lidiar con los combatientes capturados “es una carga que no pueden asumir” ellos mismos y que “debe quedar en manos de la comunidad internacional”.