Una movilización convocada por la Universidad de El Salvador con apoyo de varias organizaciones sociales llegó ayer hasta el parlamento de ese país, la Asamblea Legislativa, para reclamar que la administración del agua permanezca en manos del Estado. Esta marcha, en la que participaron unas 500 personas, fue una de las manifestaciones de rechazo a una iniciativa que, según sus críticos, podría privatizar el agua.

El proyecto cuestionado recibió esta semana el visto bueno de la mayoría de los legisladores que integran la Comisión de Medio Ambiente, informó la agencia de noticias Efe. Si se aprueba en el parlamento unicameral salvadoreño, se sumarán representantes del sector agropecuario y el industrial a la Autoridad Nacional del Agua, que está integrada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el de Agricultura y Ganadería, las alcaldías y la Universidad de El Salvador.

Además de los manifestantes, se pronunció en contra de esta iniciativa el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, que rechazó “contundentemente cualquier tipo de privatización” del agua. Lo mismo hizo el presidente electo, Nayib Bukele.

Sin embargo, en la comisión legislativa sólo el partido de Sánchez Cerén, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional votó en contra. En cambio, apoyaron el proyecto los integrantes del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (por el que fue electo Bukele), el Partido Demócrata Cristiano y el Partido de Concertación Nacional.

Ayer los manifestantes intentaron llevar la protesta al interior de la sede de la Asamblea Nacional, pero no lo consiguieron. Sí lograron que se suspendiera la sesión. El presidente del órgano legislativo, Norman Quijano, decidió interrumpirla “para salvaguardar la integridad de los empleados, visitantes y diputados”.