Dos días de movilizaciones populares en Argentina tuvieron como eje el repudio a la política económica del gobierno del presidente Mauricio Macri. Ayer, por el 1º de mayo, se desarrolló en Buenos Aires un paro de ómnibus, trenes y subte, una medida que no es habitual en esa fecha y que fue adoptada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). En forma paralela, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, organización que lidera el dirigente de los camioneros, Hugo Moyano, organizó desde la mañana ollas populares callejeras en el barrio porteño de San Telmo. Sobre el mediodía, Moyano llegó al lugar y dijo que la alianza gobernante Cambiemos no tiene ninguna posibilidad de seguir en el poder, según citó el diario Página 12. El dirigente afirmó que en las elecciones de octubre va a acompañar “al candidato que salga del peronismo”, y agregó que en caso de se tratara de la ex presidenta Cristina Fernández, “por supuesto que la acompañaría”.

Las elecciones también estuvieron muy presentes el martes, durante la enorme movilización que se hizo en Buenos Aires en el marco del paro general promovido por centrales sindicales y organizaciones sociales. En el acto central, en la Plaza de Mayo, al que se estima que asistieron cerca de 200.000 personas, una de las consignas que quedaron en el ambiente fue el llamado a la creación de un gran frente opositor para ganar las elecciones de octubre.

En Brasil, el 1° de mayo también tuvo particularidades. Fue el primero que se conmemoró desde que asumió la presidencia el ultraderechista Jair Bolsonaro, y fue también el primero en la historia de Brasil en el que todas las centrales sindicales organizaron las movilizaciones de manera conjunta, en la ciudad de San Pablo. El acto contó además con presencia de delegaciones del Partido de los Trabajadores, del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado –de tendencia trotskista–, y del Partido Socialismo y Libertad.

El Parque de Anhangabaú, en el centro de la ciudad, fue el lugar elegido para este acto, en el que se reiteró en los discursos el rechazo unánime al proyecto de reforma de la previsión social que está impulsando el gobierno de Bolsonaro y la preocupación por el aumento del desempleo. Entre los miles de asistentes al acto circularon planillas para recoger firmas en rechazo al proyecto, que será votado en la Comisión Especial de la Cámara de Diputados en junio. El objetivo de los impulsores de la campaña es llegar a un millón de firmas.

El diputado federal Paulinho Pereira da Silva, representante del partido Solidaridad y líder de la gremial Fuerza Sindical, dijo al diario O Globo que la unificación de todas las centrales se debe al actual escenario político que está viviendo el país. “Es un acto histórico que nos va a dar fuerza”, afirmó. En la misma línea se manifestó Segundo Wagner Freitas, presidente nacional de la Central Única de los Trabajadores, al decir que Bolsonaro fue el factor que logró reunir a todas las centrales en el acto. El dirigente agregó: “Estamos todos unidos contra la pérdida de derechos de los trabajadores a la hora de jubilarse y queremos además el retorno del crecimiento de la economía para que los brasileños tengan empleos decentes”.