Los diputados que fueron electos en abril en España asumieron ayer sus cargos en un Congreso con varias novedades. Una fue el ingreso del partido ultraderechista Vox, el quinto en cantidad de legisladores. Sus representantes llegaron temprano, tres horas antes de que comenzara la sesión, para sentarse en las bancas que solían ocupar legisladores del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y convertirse así en noticia, informó la prensa española. A medida que avanzó la sesión, los integrantes de Vox también se hicieron notar porque golpearon las mesas para evitar que se escuchara a todo aquel diputado que hablara en catalán o euskera.

A su vez, el partido Junts per Catalunya, del ex gobernante catalán Carles Puigdemont, se colocó en las bancas que habían correspondido a Ciudadanos. Este partido, liderado por Albert Rivera, encabezó la oposición al proceso independentista que Puigdemont impulsó en 2017.

Otra particularidad del nuevo Congreso fue el ingreso de cuatro dirigentes independentistas que están encarcelados, acusados de delitos relacionados con ese proceso. Se trata de Jordi Sànchez, Josep Rull, Jordi Turull y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras. Los cuatro llegaron directamente de la cárcel de Soto del Real, a la que volvieron una vez que terminó la sesión, y según informó el diario madrileño El País, se prevé que el Congreso los suspenda como diputados.

De todos modos, llegaron a asumir sus cargos una vez que la diputada socialista catalana Meritxell Batet fue electa presidenta de la cámara. Esta dirigente, cuya candidatura fue acordada por el PSOE y Unidas Podemos, reunió también el apoyo del Partido Nacionalista Vasco, Compromis y otras organizaciones políticas minoritarias, y sumó 175 votos. Le faltó uno para la mayoría y requirió una segunda votación para ser electa.

Las frases que utilizaron los diputados para asumir sus cargos fueron declaraciones políticas, al igual que la elección de bancas. Los de Vox prometieron sus cargos “por España”, los de Unidas Podemos “por la democracia y los derechos sociales”, y Junqueras lo hizo “desde el compromiso republicano, como preso político y por imperativo legal”. Mientras él hablaba, los ultraderechistas golpeaban las mesas y Rivera, de Ciudadanos, gritó: “¡La república no existe!”, según informó La Vanguardia. A su vez, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, reclamó a Batet que evaluara si era aceptable un juramento que aludiera a “presos políticos”.

Otra novedad del nuevo Congreso de los Diputados es que se convirtió en el más paritario de Europa: con 164 mujeres en sus 350 bancas, superó a los de Suecia y Finlandia. En el mundo ocupa el quinto lugar. De acuerdo con eldiario.es, el Banco Mundial coloca al frente de la lista a Ruanda, seguida por Bolivia, Cuba y México.