Nueve personas que trabajaron para el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante los períodos en los que ejerció como diputado federal (1991-2018) son investigadas por el Ministerio Público de Río de Janeiro, y la Justicia dispuso que se les levante el secretario bancario y fiscal. Entre ellas, se encuentra el actual senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor del mandatario. También se dispuso que se levante el secreto bancario por este caso para cinco asesores actuales de Flávio Bolsonaro. La medida fue autorizada el 24 de abril por el juez Flávio Itabaiana de Oliveira Nicola, informó este jueves la prensa brasileña.

La investigación apunta a determinar si existieron movimientos irregulares de dinero en el gabinete de Flávio Bolsonaro en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, donde ocupó una banca desde 2003 hasta 2018. El Consejo de Control de Actividades Financieras logró identificar movimientos poco usuales en las cuentas del hijo mayor de Bolsonaro y también de su ex asesor Fabrício Queiroz, según un informe que se hizo público a fines del año pasado.

Al pedir que se levante el secretario bancario y fiscal para un total de 95 personas, el Ministerio Público intenta esclarecer si existió una “organización criminal” que funcionó a partir de 2007 en la oficina del hijo del presidente en la legislatura carioca. Entre las personas que son investigadas por la Justicia, además de Flávio Bolsonaro figuran una hermana y una prima de Ana Cristina Valle, ex esposa del actual presidente.

Desde Estados Unidos, Jair Bolsonaro respondió a las acusaciones que pesan sobre su hijo mayor y su entorno. Se refirió al caso durante una conferencia de prensa que dio en la ciudad de Dallas, a la que viajó para recibir el premio Personalidad del Año 2019 que otorga cada año la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos. Ante medios brasileños, Bolsonaro afirmó que su hijo es blanco de una persecución y que el objetivo final de la acción de la Justicia es terminar con su mandato. “Ahora le están dando una paliza a mi hijo. ¿Me quieren agarrar a mí? ¡Vengan, agárrenme a mí!”, dijo el presidente en tono desafiante, según consignó el diario O Estado de São Paulo.

El presidente también la emprendió contra los medios de prensa, por la forma en que han difundido la información sobre el caso. “Grandes sectores de los medios no están satisfechos con mi gobierno, porque es un gobierno de austeridad, que maneja con responsabilidad el dinero público. El que dirijo es un gobierno que no va a mentir, que no va a aceptar negociaciones, que no va a aceptar arreglos de ningún tipo para atender intereses personales, de quien quiera que sea. Punto”, dijo Bolsonaro.

Pidió además a los periodistas presentes que le preguntaran directamente a su hijo Flávio para conocer de primera mano los detalles sobre el caso que está investigando la Justicia, pero a la vez denunció “el peso desproporcionado y descomunal” que, a su entender, pesa sobre su hijo.

Según recogieron los medios presentes, el presidente afirmó que existe una “jugadita” entre la cadena Globo y el Ministerio Público acerca del tratamiento informativo de la investigación en curso. “La Globo sabe del levantamiento del secreto bancario de mi hijo desde el año pasado. Pregúnteles a los de Globo, está claro que es una jugada entre ellos y el Ministerio Público de Río de Janeiro. Es una jugadita; levantaron el secretario bancario de él el año pasado y ahora, para darle un barniz de legalidad, levantaron oficialmente su secreto y el de otras 93 personas, si no me equivoco”, acusó el presidente. “¡Por favor!, hay un Lava Jato ahí. Vayan hasta el fondo, hasta el fondo”, agregó, y sugirió además que existe una ilegalidad en el levantamiento del secreto bancario de su hijo. “Lo que dice la jurisprudencia –yo no soy abogado– es que en este caso corresponde la nulidad del proceso”, dijo.

Por otra parte, el presidente brasileño se refirió a las enormes manifestaciones callejeras que se registraron en muchísimas ciudades y localidades de su país el miércoles, en protesta contra las recortes determinados por su gobierno con las universidades públicas. Dijo que las protestas están cargadas de tintes políticos y aprovechó la oportunidad para arremeter contra las universidades brasileñas: “Entre las mejores 250 universidades del mundo no hay ninguna brasileña, ¿y ustedes me van a venir a decir que estamos perjudicando a la investigación universitaria? Cuando se terminen nuestros commodities, ¿saben de lo que vamos a vivir? Discúlpenme que baje el nivel, pero cuando eso pase vamos a vivir del pasto”.