Luego de fracasar una vez más en su intento de que el Parlamento aprobara su plan para que Reino Unido deje la Unión Europea (UE), la primera ministra británica, Theresa May, se encaminaba a presentar su renuncia, luego de casi tres años de gobierno, informaron los medios británicos. El último plan de May, presentado el martes, abría la puerta a un segundo referéndum. Pero lejos de reunir apoyo, profundizó la crisis en la interna de su Ejecutivo.

Según informaron medios británicos, citando como fuentes a aliados políticos de la líder conservadora, May tiene planeado renunciar el 10 de junio, pocos días después de la visita a Reino Unido del presidente estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, permanecería en el cargo hasta que sea electo otro jefe de gobierno.

El diario inglés The Times había anunciado que la primera ministra dejaría su cargo hoy, pero esta información fue negada por el secretario de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, quien afirmó: “May seguirá siendo primera ministra durante la visita de Estado del presidente Donald Trump a principios de junio”.

La caída de May se aceleró, además, por la casi segura debacle del Partido Conservador en las elecciones para el Parlamento Europeo, que tuvieron ayer una primera etapa en Reino Unido y que se extenderán hasta el domingo en los restantes 27 estados que componen la UE.

Según informó el diario The Guardian, hoy May se reunirá con Graham Brady, presidente del Comité 1922 (la bancada del Partido Conservador, exceptuando a aquellos diputados que ocupan cargos en el gabinete), y luego de este encuentro la actual primera ministra podría brindar detalles más precisos acerca de su salida del gobierno.

Las propias elecciones para el Parlamento Europeo en Reino Unido significan un fracaso personal para May, debido a que inicialmente el brexit estaba previsto para el 31 de marzo de este año. Si se hubiera cumplido el plazo, los ciudadanos británicos no votarían el domingo.

A la hora de convocar las elecciones europeas, May manifestó su intención de lograr la aprobación del acuerdo del brexit antes del 2 de julio, de manera que los representantes británicos elegidos para el Parlamento Europeo no tuvieran siquiera que ocupar sus asientos. Pero el nuevo fracaso de su intento hace prever que los eurodiputados británicos sí tendrán que ejercer sus cargos, al menos hasta el 31 de octubre.