Durante casi nueve horas el ministro de Justicia y Seguridad Pública brasileño, Sérgio Moro, brindó sus argumentos y respondió preguntas en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado, sobre la filtración de mensajes publicados el domingo 9 por el sitio The Intercept Brasil que sugirieron que el ex juez intercambió información y dio directivas al fiscal Deltan Dallagnol y otros funcionarios que trabajaron en la unidad de investigación de la causa Lava Jato.

A lo largo de la extensa sesión, Moro intentó minimizar políticamente el caso; negó haber actuado junto al Ministerio Público Federal durante la investigación del caso que, entre otras consecuencias, conllevó el encarcelamiento del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva; atacó al medio que difundió las filtraciones, y remarcó la ilegalidad de las escuchas de las que fue objeto.

En la sesión no faltaron duros cruces con senadores opositores, que cuestionaron la conducta y las decisiones adoptadas por Moro en la causa Lava Jato.

Jaques Wagner, senador del Partido de los Trabajadores por el estado de Bahía, le preguntó a Moro sobre la posibilidad de dejar el ministerio para que se garantice su exención en caso de una eventual investigación sobre su conducta como juez de la causa. Ante ello Moro afirmó: “Yo no estoy atornillado al cargo en sí [...]. Y si hubiera una irregularidad de mi parte, lo dejaré. Pero no la hubo”.

Por su parte, Cid Gomes, senador cearense del Partido Democrático Laborista, pidió la apertura de una Comisión Parlamentaria de Investigación para estudiar a fondo el alcance de las filtraciones.

“Propongo que se investigue si hubo colusión entre el Poder Judicial y el Ministerio Público, lo que ciertamente compromete cualquier proceso y el funcionamiento de la democracia”, afirmó Gomes, quien es hermano de Ciro, candidato presidencial en las elecciones del año pasado en las que fue electo Jair Bolsonaro.

Por su parte, el experimentado senador Renan Calheiros, del Movimiento Democrático Brasileño, dijo defender la “presunción de inocencia” de Moro, pero agregó que los cuestionamientos que se le hacen son por “temas graves”.

Moro dijo ser blanco de un ataque realizado por hackers que atenta contra las instituciones y que tiene como objetivo final la anulación de las condenas por corrupción derivadas de la causa Lava Jato.

El ex juez y actual ministro dijo que la acción llevada en su contra “no fue hecha por un adolescente con granitos frente a una computadora, sino por un grupo criminal estructurado. En mi opinión, más allá de los hechos que están siendo investigados, hay un grupo criminal detrás de los ataques”.

Foto del artículo 'El ministro Moro compareció en el Senado explicando su versión sobre las filtraciones que lo involucran'

Foto: Evaristo Sa, AFP

Moro además reafirmó que durante su trabajo como juez en el ámbito del Lava Jato “actuó siempre conforme a la ley”, y vinculó las revelaciones de The Intercept Brasil con el sensacionalismo. Al respecto, el ministro afirmó: “Lo que existe es, de hecho, un sensacionalismo y una falta de comprensión en relación a la naturaleza de los vínculos en estos procesos complejos entre el juez, un fiscal y un policía. Además, creo que el aspecto más importante, lo que debe ser analizado, es la existencia de un grupo criminal organizado que quiere obstaculizar los avances contra la corrupción haciéndose valer de métodos criminales para hackear aparatos y aplicaciones empleados por autoridades públicas”.

Al responder la pregunta del senador Marcos do Val, del partido Cidadania, acerca de posibles interferencias de otros países para los cuales los hackers podrían estar trabajando, Moro afirmó que ninguna hipótesis puede ser descartada y cree que “el grupo criminal” tiene “un alto poder adquisitivo, no se trata de principiantes y está muy bien articulado”. El ministro dijo que pueda haber dicho “algunas cosas” de las que fueron divulgadas, pero que otras le parecen “extrañas”, y apuntó que el contenido de las filtraciones divulgadas por The Intercept Brasil pudo haber sido adulterado.

“No tengo más esos mensajes en mi celular”, afirmó Moro, quien agregó: “Utilicé Telegram en determinado período. En 2017 me pareció que esa aplicación de origen ruso no era ya muy segura, entonces no la usé más. No tengo esos mensajes para poder afirmar si aquello es auténtico o no. Hay algunas cosas que eventualmente puedo haber dicho, pero otras me parecieron extrañas. Esos mensajes pueden ser total o parcialmente adulterados”, concluyó.

Consultado por la revista Fórum acerca de la situación que envuelve al ministro Moro, el ministro del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes, afirmó que “no se puede combatir organizaciones criminales convirtiéndose en una de ellas. Aquel que combate a la corrupción no puede cometer crímenes, porque los fines no justifican los medios”.

Mendes puntualizó que la ilegalidad de las filtraciones no vacía la sustancia de las denuncias. “Junto con el debate sobre la ilegalidad de estas filtraciones debemos tener en cuenta la sustancia de estas denuncias. Precisamos saber, con mucho cuidado, si hubo irregularidades en la conducción del caso y cuáles fueron”, comentó el magistrado.