Jesse Lee Kercheval es una escritora, traductora y académica francoestadounidense que lleva unos años de residencia en Montevideo, donde está relevando el ambiente poético. En este tiempo ha trabajado activamente en tender puentes entre los poetas uruguayos y el público angloparlante, editando antologías y libros individuales en formato bilingüe. Hace un tiempo conformó con Laura Chalar, también escritora y traductora uruguaya, un sólido equipo con el que emprenden esta antología llamada Confiado a un amplio aire / Trusting on a Wide Air, título tomado del poeta franco-montevideano Jules Supervielle, también incluido en el volumen.

El objetivo, tal cual lo cuentan las compiladoras en la introducción, era reunir una cantidad de poemas que hablaran de Uruguay. Aunque, como aun siendo tan pequeño nuestro país sufre el clásico macrocefalismo demográfico latinoamericano, obviamente en la selección final la presencia de Montevideo es más que preponderante, si bien se hallan representados otros puntos del país, como Salto, Cerro Largo y Artigas (obviamente, por Marosa di Giorgio, Juana de Ibarbourou y Fabián Severo, respectivamente).

Se sabe que cualquier antología es cuestionable. El objetivo de seleccionar lo mejor o más relevante de un corpus de producción determinado siempre conlleva el peligro de omitir ciertos trabajos o aspectos de dicho corpus e incluir, en cambio, otros menos interesantes. En este caso, la selección sale bastante bien parada teniendo en cuenta lo ambicioso de la empresa, dado que se incluyen poetas tan fundacionales como Julio Herrera y Reissig, sin olvidar clásicos posteriores como Idea Vilariño o la recientemente galardonada con el premio Cervantes Ida Vitale, así como otros contemporáneos y jóvenes, como Virginia Lucas y Horacio Cavallo. No falta algún que otro “rescate”, como los textos de Emilio Frugoni, cuya faceta de poeta es muy poco recordada en comparación a su carrera política.

De las clásicas referencias de la cultura uruguaya, poco queda afuera: la Rambla, 18 de Julio, Juan Carlos Onetti, bares, portuñol, Horacio Quiroga, Lautréamont, el tango, los tambores, el Palacio Salvo del famoso poema de Alfredo Mario Ferreiro, el Jacinto Vera del también famoso texto de Líber Falco, Artigas (el departamento y el prócer), José Cúneo, la presencia de las religiones afrobrasileñas en el poema “Iemanjá”, del estadounidense Chip Livingston, y en una ofrenda avizorada en el barrio Atahualpa por Claudia Magliano, el fútbol, la celeste y toda la plana mayor de la selección uruguaya concienzudamente enumerada en un texto de Kercheval... Entre la diversidad de estilos y tonalidades emocionales de los textos reunidos no es poco mérito haber logrado una unidad conceptual y una calidad bastante pareja a lo largo del volumen.

De todos modos, como decíamos, antologar es una tarea complicada y siempre hay algo que sobra o algo que falta. En tanto la intención de esta antología es una “presentación”, no sólo de un conjunto de autores, sino también todo un contexto cultural a un público que, suponemos, no lo conoce, ciertas derivas de dicho contexto no han podido ser incluidas. Por ejemplo, la veta más reciente de poéticas urbanas, que retrata realidades más actuales, como la cultura “plancha” y otras tribus urbanas montevideanas; la cotidianidad de las drogas ilegales o el lenguaje callejero más reciente, veta vinculada mayormente a la producción independiente o under y editada mayormente en forma autogestionada (lo que en Uruguay casi equivale a decir “artesanal”, a diferencia de la vecina orilla, donde es más plausible la autoedición en imprenta). De hecho, falta bastante del under uruguayo desde los 80 para acá (aunque en este caso es más lógico puesto que una característica de ese movimiento subterráneo en relación con sus derivaciones más recientes es el rechazo a los localismos). También falta otra veta muy cultivada desde por lo menos el 45 a esta parte, la poesía “de contenido social” (a la que en los 60 se llamaba “militante” sin tanto gre gre para decir Gregorio), que, luego de unas décadas de ostracismo, parece estar resurgiendo en Latinoamérica con el auge de los movimientos sociales y la consecuente reacción ultraconservadora.

Poesía y cultura uruguaya

Teniendo en cuenta, como decíamos, las intenciones de la presente antología, no se trata de “carencias” o “ausencias”. Como todo en la vida, el grado de satisfacción respecto de lo que se encuentra depende de lo que se busca. Si bien aquí se han incorporado algunos elementos que sólo recientemente se considerarían parte de la “uruguayez” (como el portuñol o las religiones afrobrasileñas), lo más emergente o conflictivo ha quedado fuera. Obviamente, incorporarlo pensando en un público que ni siquiera está familiarizado con Uruguay sería una tarea titánica. El resultado funciona como apertura hacia la poesía y la cultura uruguayas para quienes se estén acercando, pero quizá para quien ya conoce nuestras referencias culturales más canónicas no se esté diciendo nada particularmente nuevo.

Se nos podría retrucar, con razón, que Kercheval ya se ocupó de esas nuevas tendencias en otra antología bilingüe, América invertida (2016). No obstante, sigue existiendo otro problema aparte de la representatividad de la muestra: el criterio de excluir (o no incluir) las vertientes poéticas ya sea más politizadas o más under implica excluir del espacio físico y cultural sus aspectos sociales, lo que deriva en una leve monotonía no sólo temática sino también formal. La abrumadora mayoría de los textos apela a una estrategia del “paisaje subjetivo”, el yo lírico que transita el espacio urbano (realmente los entornos rurales, hay que decirlo, son escasos en esta antología) a la manera del flâneur baudelaireano, y desde esa percepción vincula al lector con el lugar, al que rara vez percibimos como un espacio habitado, y cuando esto sucede la presencia de los otros es apenas una parte más del paisaje, como las ondas en las aguas que bañan la rambla. Esto genera que a veces la calidad de los textos no luzca a causa de la repetición de recursos por parte de distintos autores. Irónicamente, América invertida, pese a estar conformada por poetas de la misma generación, es más diversa y heterogénea que Confiado a un amplio aire, volumen muchísimo más abarcativo en términos cronológicos.

De todos modos, como decíamos más arriba, si hay algo difícil de lograr es una antología irreprochable. Esta cumple adecuadamente su objetivo como introducción al mundo poético y cultural uruguayo, sea para quien no conoce Uruguay o para quien no conoce su poesía, y alcanza a reunir una muestra convenientemente representativa de estilos y generaciones, logrando además una calidad muy pareja en la ejecución. Obviamente, como admiten las compiladoras, siempre habrá mucho más.

Confiado a un amplio aire: poemas de Uruguay / Trusting on a Wide Air, Laura Chalar y Jesse Lee Kercheval (compiladoras). Montevideo, Yaugurú, 2019. 208 páginas.