Joaquín El Chapo Guzmán, el narcotraficante mexicano declarado culpable de dirigir una enorme maquinaria criminal que había contrabandeado toneladas de drogas a Estados Unidos durante los últimos 30 años, fue condenado ayer a cadena perpetua.

El juez de distrito Brian Cogan impuso la sentencia de cadena perpetua más 30 años, lo cual era obligatorio de acuerdo con la ley, en una audiencia que tuvo lugar en un tribunal federal de Brooklyn. Guzmán, de 62 años de edad, fue declarado culpable por un jurado en febrero de este año por el tráfico de toneladas de cocaína, heroína y marihuana, y de participar en múltiples conspiraciones de asesinato como cabecilla del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones de narcotráfico más grandes y violentas de México.

Al dictar la sentencia, Cogan dijo que el “mal agobiante” de los crímenes cometidos por Guzmán quedó en completa evidencia durante el juicio, que se prolongó durante 12 semanas. El juez agregó que las acciones ideadas y realizadas por el mexicano son de una “maldad avallasadora”.

Los 30 años adicionales en la condena de Guzmán se deben a que el jurado lo halló culpable de uso ilegal de arma de fuego en relación con el narcotráfico, delito que tiene esa pena mínima obligatoria adicional a la cadena perpetua. La pena de muerte había sido descartada para Guzmán desde antes del juicio, como parte del acuerdo para su extradición de México –país donde no rige la pena capital– a Estados Unidos, en enero de 2017.

Raymond Donovan, el agente de la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) que estuvo a cargo de la operación de captura y extradición del narcotraficante, dijo que la condena y sentencia de Guzmán representan “justicia no sólo para el gobierno mexicano, sino para todas las víctimas de Guzmán en México”.