En la Cámara de Diputados de Brasil continuará hasta hoy la votación de las distintas enmiendas a la reforma jubilatoria, que fue aprobada en general el miércoles. Las modificaciones terminarán de delinear la propuesta, que entre otras cosas establece una edad mínima de jubilación, hasta ahora no prevista en Brasil, y qué porcentajes cobrarán los trabajadores de distintos sectores según la cantidad de años que hayan aportado a la seguridad social. Por el momento, se rechazó una iniciativa que moderaba las condiciones para los profesores y se prevé que se apruebe una que hace lo propio para todas las mujeres.

Mientras tanto, los partidos dirimen sus internas. La reforma fue aprobada con los votos de las bancadas conservadoras de Brasil y se preveía que la oposición de izquierda la rechazara en bloque, pero eso no fue así. Las mayores rupturas se produjeron en los partidos Democrático Laborista (PDT), en el que ocho de sus 27 diputados votaron a favor de la reforma, y el Socialista de Brasil (PSB), en el que lo hicieron 11 de 32. Las de estos partidos son las bancadas de izquierda más grandes de la cámara baja, únicamente por detrás del Partido de los Trabajadores, cuyos legisladores votaron todos en contra de la reforma.

El presidente del PDT, Carlos Lupi, aseguró ayer que los diputados que respaldaron la reforma serán sometidos a un proceso en la interna del partido. Previamente había sostenido que quien desobedeciera la disciplina partidaria sería expulsado. Desde la dirección del PSB todavía no hubo pronunciamientos por este tema.

Otros recintos

No sólo la cámara baja de Brasil está en funciones, también lo está el Senado, más concretamente, la Comisión de Constitución y Justicia, en donde ayer compareció el fundador y responsable de The Intercept Brasil, el sitio que desde junio publica conversaciones filtradas que comprometen al ministro de Justicia, Sérgio Moro. Greenwald aseguró que el material que están difundiendo es auténtico y que no lo entregarán a las autoridades porque “eso pasa en países autoritarios y no en democracias”. Acerca de las declaraciones de Moro, que no ha querido pronunciarse sobre los contenidos de las conversaciones asegurando que no se puede verificar su autenticidad, dijo: “Está fingiendo que tiene casi amnesia, que no puede recordar nada. Eso no tiene ninguna credibilidad”.

Además, Greenwald denunció que hay una persecución en su contra. Señaló que Moro se ha negado a responder si él está siendo investigado por la Policía Federal, que el Ministerio de Hacienda envió a la entidad que controla el pago de impuestos a The Intercept Brasil y, asegura, está siendo amenazado por el partido de gobierno. “El trabajo que estamos haciendo está fortaleciendo la democracia brasileña. Quien está perjudicando y ensuciando la reputación de Brasil no somos los periodistas sino el ministro de Justicia, que está atacando a la prensa libre”, afirmó.

También en el edificio del Congreso brasileño, pero en la cámara baja, el presidente Jair Bolsonaro se reunió, igual que el miércoles, con la bancada evangélica. Allí aseguró que “cosas absurdas han ocurrido debido a la autonomía de las universidades”, haciendo hincapié en que lo que le molesta es que “ahí mandan ellos”, en referencia a los estudiantes y las autoridades universitarias.

De acuerdo a la revista Fórum, el gobierno presentará un proyecto de ley para terminar con la educación pública y gratuita en las universidades federales. La iniciativa reduciría el presupuesto de las universidades y les permitiría cobrar a los estudiantes y buscar recursos en el sector privado.