Las diferencias entre el actual presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quedaron una vez más en evidencia ayer, durante el primer día de debate de la investidura de Sánchez, máxima figura política del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Si bien está previsto que hoy se lleve a cabo la primera instancia de votación, parece imposible que se concrete la investidura de Sánchez, por lo que habrá que esperar a la segunda votación, el tendrá lugar el jueves. En el medio, los equipos negociadores del PSOE –el partido más votado en las elecciones de abril– y Podemos deberán acercar las posiciones divergentes de sus referentes.

En su intervención de ayer ante los legisladores, Sánchez empezó destacando sus cesiones en la negociación y recordando que con el apoyo de Unidas Podemos no tiene garantizada la investidura. Aseguró que recibe críticas por apostar por un gobierno de coalición, pero dijo que estaba “dispuesto a correr ese riesgo”. Sin embargo, Sánchez dejó claro que esa oferta de gobierno de coalición era tal y como estaba actualmente sobre la mesa y que no incluía las exigencias de Podemos para integrar el Consejo de Ministros. Durante su discurso Sánchez lanzó una batería de propuestas de contenido social, en su mayoría iniciativas que el PSOE no logró sacar adelante en la legislatura anterior. Sánchez evitó hacer referencia a la cuestión de Cataluña y prácticamente no mencionó el hipotético acuerdo con Podemos, que más tarde centró el debate entre el presidente del gobierno e Iglesias.

Como afirmó en su primera respuesta, Sánchez dio prácticamente por cerrada la posibilidad de un gobierno de coalición en los términos en que ofertó inicialmente, por lo que llegó a plantear nuevos escenarios. “Si finalmente no llegamos a un acuerdo, hay muchas otras opciones que pueden abrirse, como un acuerdo de investidura; también pueden abrirse otros escenarios de acuerdos de legislatura, sin necesidad de que Unidas Podemos esté en el gobierno”, dijo.

Sánchez insistió en esta idea y en un tono amenazante advirtió a los representantes de Unidas Podemos –a Iglesias en particular–: “Yo no renuncio a ponerme de acuerdo con Unidas Podemos, pero si no llegamos a un acuerdo, ¿cuál es la situación? ¿Cuál es?”, se preguntó Sánchez: “Con el Partido Popular, Ciudadanos y Vox sí que sumarían una mayoría absoluta. Mediten bien su voto”, lanzó el socialista.

Por su parte, Iglesias le pidió a Sánchez “respeto y reciprocidad”, y además le advirtió al actual mandatario que no se dejarán “pisotear ni humillar por nadie”. “Usted pretende que digamos a los 3,7 millones de ciudadanos que nos votaron que su voto vale menos que el de los que han votado al PSOE. Nosotros somos una fuerza política modesta y joven, pero no nos vamos a dejar pisotear ni humillar por nadie”, manifestó.

Según consignó El País de Madrid, en el duro intercambio Iglesias reprochó que los socialistas les ofrezcan una presencia “decorativa” en el Ejecutivo y que les hayan negado –“nos dijeron que ni hablar”– competencias en las carteras de Hacienda, Trabajo, Transición Ecológica, Ciencia e Igualdad, para desarrollar el programa que intentan acordar.

“Cuando insiste en la abstención del PP y de Ciudadanos”, continuó Iglesias, “hay gente que piensa que usted desea ser presidente a toda costa, pero hace falta una mínima coherencia en los programas y en las alianzas. Si insiste en pedir la abstención a la derecha, se puede pensar que sólo quiere el poder, no un programa de izquierdas con fuerzas de izquierdas. Hace un año le dije: ganemos las elecciones a la derecha, y lo conseguimos juntos. Ustedes consiguieron 28%, menos escaños que el PP, Ciudadanos y Vox. Sólo con los 3,7 millones de votos de Unidas Podemos y 14% de los votos, podemos sumar una fuerza más amplia que las tres derechas”, concluyó.

Sánchez, a su vez, afirmó que su oferta era “generosa” y negó que la de Podemos en un eventual gobierno conjunto fuese una función decorativa. Pero también respondió duramente a Podemos. Sánchez afirmó que como candidato a la investidura tiene que “salvaguardar el interés general”, y conminó a Iglesias a “asumir también su responsabilidad” en el proceso de negociaciones.