El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sugirió ayer que organizaciones no gubernamentales ambientalistas y gobernadores opositores a su gestión podrían estar detrás de los incendios en la selva amazónica. El mandatario respondió así a las acusaciones de que las acciones de su gobierno podrían haber contribuido al aumento en los incendios. “Se dicen muchas falsedades para desprestigiar a nuestro gobierno. Hay gente que sugiere que los incendios están relacionados con las quemas de libros que organizamos en la Amazonia. Eso no es cierto. Las quemas de libros se hacen de manera estrictamente controlada, de modo que sean solamente las publicaciones que ensalzan el marxismo cultural las que ardan”, declaró el presidente.

Poco tiempo después de comenzar su mandato, Bolsonaro declaró que la selva amazónica era “un territorio virgen cuya pureza hay que proteger”. Estas palabras ilusionaron a muchos ambientalistas, pero más adelante el mandatario aclaró que se refería “a la pureza de los indígenas y los pobres de la zona, que por no tener acceso a las universidades no saben lo que es el comunismo”. Para mantener esta “pureza”, el mandatario decidió que todos los libros “con referencias al marxismo, a la ideología de género o a la Ilustración” que hubiera en la zona deberían ser quemados en hogueras ubicadas en las principales plazas de las ciudades. El proyecto original incluía la quema de quienes estuvieran en posesión de los libros, pero aún no se ha confirmado si esto se llevó a cabo.