Durante dos días el presidente de Italia, Sergio Mattarella, se reunió con los líderes de los partidos políticos de su país para sondear la posibilidad de que se forme un nuevo gobierno. Las conversaciones empezaron el miércoles, después de que el primer ministro de ese país, Giuseppe Conte, presentara su renuncia al cargo luego de que la ultraderechista Liga diera por terminado el actual gobierno que integraba en coalición con el Movimiento 5 Estrellas.

“Se me ha comunicado por parte de algunos partidos políticos que se han iniciado unas negociaciones para formar otro gobierno”, indicó Mattarella en una conferencia realizada ayer, y agregó que esas conversaciones deben tener resultados antes del martes. “Es mi deber no eludir la voluntad mayoritaria del Parlamento y al mismo tiempo tengo el deber de pedir, en el interés del país, soluciones rápidas”, agregó el mandatario, que indicó que el martes comenzará una nueva ronda de conversaciones para “escuchar de nuevo a los partidos y asumir las decisiones necesarias”

Las negociaciones a las que hacía referencia Mattarella son las que están sosteniendo el Partido Democrático, de centroizquierda, y el Movimiento 5 Estrellas, que se presenta como una formación antisistema, aunque de hecho no lo es. Juntos, ambos partidos tienen la mayoría parlamentaria suficiente para gobernar el país.

La dirección del Partido Democrático, que perdió el gobierno en las últimas elecciones, decidió el martes habilitar las negociaciones con el Movimiento 5 Estrellas, que hizo lo propio ayer. Cada una de las formaciones presentó condiciones irrenunciables. Entre las del Partido Democrático se destacan tres: la pertenencia a la Unión Europea –un tema en el que el Movimiento 5 Estrellas se ha mostrado ambivalente–, el alejamiento de las duras políticas migratorias impuestas por Liga –que no parecería ser un asunto difícil de acordar– y “el pleno reconocimiento de la democracia representativa”, respetando la “centralidad del Parlamento”. Este último punto parece buscar ponerle un límite a la filosofía política del movimiento, que ha recurrido a las votaciones internas para tomar decisiones importantes y aboga por un modelo de democracia directa. En este sentido, el Movimiento 5 Estrellas estableció que una de sus prioridades “irrenunciables” es la reducción del número de parlamentarios, una reforma a la que sus eventuales aliados se han opuesto, la reforma del sistema bancario, con más posibilidades de acuerdo, la defensa del medioambiente y frenar la subida del IVA, dos iniciativas en las que ambos partidos coinciden.

El hecho de que el Movimiento 5 Estrellas haya logrado al menos la perspectiva de mantenerse en el gobierno parece haber hecho que el líder de Liga, Matteo Salvini, cambiara su postura inicial, que fue la que disparó el fin del actual Ejecutivo. “Si los noes [del Movimiento 5 Estrellas a algunas de sus propuestas] se convierten en síes estoy dispuesto a una reapertura, sin rencores”.