La quinta cumbre trilateral sobre Siria finalizó sin acuerdos sobre las diferencias que mantienen los mandatarios Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, Vladimir Putin, de Rusia, y Hasan Rohani, de Irán, respecto del conflicto bélico que comenzó en 2011.

En una comparecencia posterior a la cumbre, Erdogan, que respalda a las fuerzas rebeldes al gobierno sirio, subrayó que el foco de la reunión había sido la región siria de Idlib, último reducto de las milicias alzadas en armas contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad. Según consignó la agencia Efe, en su discurso Erdogan lamentó que hubiera ya cerca de 1.000 víctimas civiles en los ataques del régimen desde abril, y anunció que “se ha acordado la necesidad de medidas concretas para proteger a los civiles”.

Por su parte, Putin expuso las dificultades de llegar a un acuerdo de paz, al señalar que el pacto negociado el año pasado respecto de la desmilitarización de la zona “no incluye a terroristas”. “La región la controlan grupos conectados a Al Qaeda. No nos podemos quedar mirando ante esto. Continuaremos apoyando al Ejército sirio en su lucha contra los terroristas”, zanjó Putin. Esta postura fue compartida por Rohani, quien expresó que “desafortunadamente hay terroristas en Idlib y en los últimos meses han ganado fuerza”.