Luego de una sesión tranquila, que contrastaba con la tensión que se vivía en el entorno del Congreso, donde estaban reunidas desde el miércoles decenas de miles de militantes de organizaciones sociales, frente a una fuerte custodia policial, los diputados argentinos aprobaron la Ley de Emergencia Alimentaria, que ahora deberá ser debatida por los senadores. La iniciativa –que contó con el voto favorable de 222 diputados, ninguno en contra y una abstención– se consensuó entre todos los sectores políticos en base a más de diez proyectos presentados por diferentes bloques. Plantea la prórroga del decreto 108, firmado por Eduardo Duhalde en 2002, que se extienda la Emergencia Alimentaria Nacional hasta el 31 de diciembre de 2022 e impulsar la creación del Programa de Alimentación y Nutrición Nacional, según informó Clarín.

La norma permite reasignar partidas presupuestarias de otras áreas para comedores y merenderos escolares, y posibilita licitar y comprar alimentos en forma rápida. El proyecto establece “un incremento de emergencia, como mínimo, de 50% de las partidas presupuestarias vigentes del corriente año, correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”, según indicaron fuentes parlamentarias. Además, faculta a la Jefatura de Gabinete, “a partir del 1º de enero de 2020 y hasta que dure la emergencia, a actualizar trimestralmente las partidas presupuestarias correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”.

En el marco de un debate ordenado y sin cruces fuertes, Agustín Rossi, jefe de la bancada del kirchnerista Frente para la Victoria, destacó la decisión del oficialismo de acompañar el proyecto de la oposición, aunque a la vez dijo que “los problemas sociales no se resuelven con políticas sociales, sino con políticas económicas. Esto es un paliativo”.

Uno de los pocos focos de polémica dentro del recinto parlamentario se produjo luego del discurso del diputado oficialista Héctor Toty Flores –antiguo dirigente social que accedió al Congreso luego de unirse al sector oficialista que lidera Elisa Lilita Carrió–, quien minimizó la crisis que se vive en Argentina. Aunque dijo que el oficialismo acompañará el proyecto, Flores afirmó que no coincide “con la magnitud de la situación que se está viviendo”. “Es necesario acompañar a la gente que está sufriendo con la crisis cambiaria del año pasado y que se ha profundizado con la crisis pos-PASO”, según recogió el portal Tiempo Argentino.

Los dichos del legislador oficialista generaron varias respuestas, entre otras la de la diputada Victoria Donda, quien afirmó que “hubo un diputado que dijo que hay que comenzar a pensar en cómo solucionamos la pobreza, y lo dice tras cuatro años de gobierno. Eslogan es el hambre cero que prometió [el presidente Mauricio] Macri, el responsable es Macri, y sí, queremos paz, pero no la paz de los cementerios”.

Por su parte, Nicolás del Caño, diputado y candidato presidencial por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, dijo: “No nos engañemos. Lo que se va a pagar este año de intereses de la deuda equivale a 40 veces las políticas alimentarias en Argentina. Hay algo que no cierra para las mayorías populares”. Además, se manifestó contrario a las declaraciones del postulante peronista Alberto Fernández, quien en la noche del miércoles había declarado: “Evitemos estar en las calles, así como las situaciones que puedan llamar a la violencia”. Al respecto, el representante izquierdista agregó: “No es como dice el candidato del Frente de Todos [Alberto Fernández], que hay que evitar las calles, sino todo lo contrario: es el único medio para conquistar las demandas. Nos quieren engañar diciendo que ahora hay que quedarse tranquilos, que hay que aceptar la situación a la que nos han llevado este gobierno y sus cómplices”.