Fardo es un colectivo editorial independiente, de reciente aparición, que se dedica a publicar literatura uruguaya emergente. Los títulos son distribuidos a domicilio por la editorial, a la que se puede contactar por su perfil de Instagram o su sitio web. Forma parte del colectivo Sancocho Editorial, que periódicamente organiza ferias en las que pueden encontrarse los títulos publicados por las editoriales independientes que nuclea.

Recientemente publicó el poemario Continuidades, tercer libro del poeta, periodista e investigador Gera Ferreira. Como anunciaron el autor y la coeditora de Fardo, Eugenia Ladra, en una entrevista en La máquina de pensar (el programa que conduce Pablo Silva Olazábal en Radio Uruguay), Continuidades es el primer título de la editorial cuyo autor no era parte del núcleo original del colectivo.

Coincidiendo con el criterio general de las ediciones de Fardo, se trata de un libro de pequeñas dimensiones (en términos estrictos, una plaquette de no más de 36 páginas), editado en un formato artesanal, con materiales de bajo costo y un tiraje más que modesto (50 ejemplares). Al igual que otros títulos, cuenta con ilustraciones, en este caso de Romina Lareo. El diseño es sobrio y a la vez atrayente, y las ilustraciones se reproducen en un tamaño muy pequeño, apoyando visualmente el texto pero sin “robarle cámara”, además de ser lo suficientemente líricas y poco “literales” para reforzar la efectividad de los textos en lugar de clausurar sus posibilidades de evocación y sugerencia, riesgo siempre presente en la delicada tarea de ilustrar poesía.

Aunque el formato, como decíamos, es idéntico a todos los títulos que edita Fardo, en Continuidades resulta adecuadamente coherente con los textos, que se enfocan en situaciones cotidianas con un lenguaje despojado, sencillo y más bien coloquial, despojado de barroquismos intertextuales, y en algunos casos (en particular el primer poema, “Itineriarios”, que desarrolla en su primera parte un viaje en un típico ómnibus montevideano) con cierto toque costumbrista. En la segunda parte del libro, titulada “Instantáneas”, se reúnen textos en prosa.

Los textos en verso tienen en común un yo lírico contemplativo y atento a los detalles, que extrae de situaciones aparentemente intrascendentes una experiencia reveladora. Decimos una experiencia y no una reflexión o conclusión, puesto que, al igual que la iluminación que buscan las prácticas de meditación orientales, no parte de un pensamiento o razonamiento en torno a lo que se observa, sino a la conciencia del ser en el instante presente, algo parecido a lo que los budistas llaman vipassana o presencia plena. De este modo, el acto de comer un pedazo de pan se convierte en una experiencia trascendental en “Apetito” (“algo increíble / la magia de ese pan / y no solo eso / la historia de cada envase que troqué por él / ahora era parte de su cáscara / y cada trozo que partía me llevaba a esa experiencia / única, efímera / imposible ya de revivir”).

Este yo no es, por contemplativo, estático. Cada poema lo sitúa en un contexto vivencial del que absorbe sensaciones y emociones que lo afectan y modifican. Además de la simplicidad del lenguaje, los textos suelen ser breves y con una métrica muy dinámica, alternando frecuentemente versos de pocas sílabas, lo cual apoya esa idea de movimiento e intercambio. Este yo puede dejarse afectar por seres animados o inanimados (como una baldosa en la segunda parte de “Itinerarios”), pero siempre en esa búsqueda del ser-en-sí-mismo. Esta búsqueda no se realiza desde una clausura de la conciencia hacia el exterior, sino a través de la percepción atenta a todo lo que se vincula a ese ser, transformándolo. Esta aspiración se manifiesta explícitamente en un texto titulado, justamente, “Ser de verdad” (“y mis muertos / son de verdad / y sus ojos que jamás desaparecen / son de verdad / los amigos / también son de verdad / así como la noche / también es de verdad / escribo para ser de verdad / atraído por una fuerza incomprensible / como el amanecer”). Continuando la analogía con las prácticas budistas, esta autoconciencia de sí y del universo circundante irá hacia la disolución del yo, y sus lazos hacia el resto de lo existente, culminando en el último poema de la sección en verso, titulado “Más allá”.

En la segunda sección del libro, “Instantáneas”, observamos una dinámica bastante similar, en tanto se encuentran hechos de atentas y minuciosas percepciones de un entorno aparentemente poco significativo. Pero existe, a diferencia de la primera parte, un foco más centrado en los afectos humanos, la soledad y las ausencias. En tres de los textos (“Vacaciones”, “Hogar”, “Jacky”) aparece un personaje, Lucía. Las observaciones, experiencias y actos de Lucía se asemejan mucho a lo que ocurre con el yo lírico de los poemas, aunque relatados en tercera persona. Pero los textos en los que ella aparece incorporan otro elemento: los lazos familiares (en su caso, ausentes y desperdigados) y la indagación, a través de estos, en los propios orígenes. Desde allí, en alguna mínima alteración en el entorno que la distrae de sus cavilaciones, vuelve a encontrarse con su propia presencia en el aquí y el ahora, planteando, además del problema del ser y la existencia que atraviesa todo el libro, la compleja cuestión de la propia identidad.

De esta sección, hay dos textos, “Un bondi que nunca llega” y “Una canción”, donde, a diferencia de los demás, los hechos que se cuentan son realmente significativos en las vidas de los personajes. En el primero, que empieza como los demás, mostrando pequeños detalles de un entorno y un personaje nada llamativos, termina narrando una silenciosa e inadvertida muerte en soledad. En el segundo se cuenta un recuerdo de infancia relacionado con un ritual umbandista que incluye el sacrificio de una paloma, realizado con el objetivo de curar a un niño de una enfermedad en la vista. Aunque en estos dos textos lo narrado tiene una fuerza emotiva mucho mayor que en el resto, donde la conmoción no se desprende de lo que se muestra o se cuenta, sino de lo que mueve en el yo lírico de los poemas o los personajes de los textos en prosa, y se cuentan con el mismo lenguaje llano y sintético, sin agregarle efectismos ni apelaciones pasionales. El impacto, lejos de disminuirse, aparece reforzado por esta estrategia estilística.

Continuidades puede adquirirse, como ya dijimos, contactando a la editorial por su sitio web, su cuenta de Instagram (fardo.uy), su correo electrónico [email protected], o en las librerías Escaramuza (Pablo de María 1185), Las Karamazov (Rivera 2670) y Moebius (Pérez Castellano 1430).

Continuidades. Gera Ferreira. Montevideo, Fardo, 2019. 36 páginas.