Decenas de personas se concentraron ayer con globos amarillos en la entrada del Complexo do Alemão para pedir el fin de la violencia policial en las favelas. “Paren de matarnos” y “La vida en la favela importa”, decían algunos de los carteles utilizados en la movilización, que se hizo antes del entierro de Ágatha Félix, una niña de ocho años que se convirtió en una de las últimas víctimas de los disparos de la Policía en las favelas: es la quinta niña menor de 12 años que muere en estas condiciones desde que comenzó el año, según datos recabados por organizaciones sociales.

Los hechos ocurrieron en la noche del viernes: Ágatha volvía a su casa en una camioneta de transporte público con su abuelo, cuando un disparo impactó en su espalda. Fue trasladada a un hospital y falleció en la mañana del sábado. Lo sucedido no está claro. Se presume que el disparo provino de la Policía Militar, que no lo ha negado, pero todavía no se hizo la comparación de las balas. La institución aseguró que varias unidades de la Policía Pacificadora fueron atacadas en simultáneo en varios lugares del Complexo do Alemão y que la muerte de Ágatha fue en el marco de uno de esos enfrentamientos. “Dispararon a la camioneta y mataron a mi nieta. ¿Eso es un enfrentamiento? ¿Por casualidad mi nieta estaba armada para poder recibir un tiro?”, preguntó ayer Ailton Félix. Otros testigos de lo sucedido, entre ellos, el conductor de la camioneta, también aseguraron que no se produjo ningún enfrentamiento que justificara el disparo. Algunos de ellos dijeron que el balazo iba dirigido a una moto, pero la bala se desvió y terminó impactando en la niña.

La Coordinadora de Policía Pacificadora informó que abrirá una investigación para conocer las circunstancias en las que la Policía abrió fuego. Los familiares de la niña ya declararon en el departamento de la Policía Militar que llevará adelante la investigación y otros testigos lo harán a partir de hoy. Además, se hará una reconstrucción de los hechos.

Cuestión de políticas

La muerte de Ágatha generó múltiples reacciones en el sistema político de Brasil, en particular en el de Río de Janeiro, cuyo gobernador, Wilson Witzel, ha propuesto, entre otras cosas, que los policías no sean sancionados por las muertes que provocan cuando están trabajando. Witzel es un defensor de la mano dura –hace unas semanas celebró que la Policía matara a un hombre que había secuestrado un autobús con pasajeros– y defiende el uso de francotiradores y helicópteros en las favelas, pese a que representan un riesgo para la población.

Esta perspectiva del gobernador se ha traducido en números desde el comienzo de su gestión, el 1º de enero: la cantidad de personas que murieron en operaciones policiales en Río de Janeiro aumentó 20% si se comparan el primer semestre de 2018 y el de 2019, según el Instituto de Seguridad Pública. La semana pasada se divulgaron datos oficiales sobre este tema correspondientes a 2018, pese a lo cual tanto el presidente Jair Bolsonaro como Witzel los usaron para asegurar que su apuesta por la mano dura da resultados. Según esas cifras, las muertes violentas en Brasil se redujeron 10% entre 2017 y 2018, pese a lo cual el número de civiles muertos por la acción policial creció 20%, a 6.220 casos, de los cuales un cuarto sucedió en Río de Janeiro.

Legisladores cariocas opositores y organizaciones civiles se pronunciaron sobre este tema y responsabilizaron a Witzel por este tipo de hechos. “La responsabilidad del gobernador es prevenir y combatir la violencia con inteligencia y teniendo en consideración que todas las vidas importan”, escribió Amnistía Internacional Brasil en Twitter. “El silencio del presidente, del ministro de Justicia y del gobernador ante el asesinato brutal de una niña de ocho años es de una cobardía ensordecedora, que da la medida exacta del carácter de este trío”, escribió en la misma red social el diputado Marcelo Freixo, líder del Partido Socialismo y Libertad en Río de Janeiro. Por su parte, el ex candidato a la presidencia del Partido de los Trabajadores Fernando Haddad tuiteó: “Con toda sinceridad, realmente pienso que hay razones de sobra para que se pida el impeachment de Witzel. Él es el gran responsable de las atrocidades que se cometen en Río de Janeiro. ¡Un asesino!”.