Alrededor de diez misiles fueron lanzados por Irán contra dos bases iraquíes. La primera en ser impactada fue la de Ain al Assad, en el oeste del país, donde se encuentra el mayor número de soldados estadounidenses desplegados en Irak. Minutos después, también fue atacada la base de Erbil, que se encuentra en el Kurdistán iraquí, al norte del país.
Los ataques fueron confirmados por el Pentágono: “Irán lanzó más de una docena de misiles balísticos contra militares de Estados Unidos y de la coalición internacional presente en Irak”, indicó el Departamento de Defensa en un comunicado. “Está claro que estos misiles fueron lanzados desde Irán y apuntaron al menos a dos bases militares iraquíes que albergan al personal militar y de la coalición estadounidense en Al Assad y Erbil”, dijo Jonathan Hoffman, principal portavoz del Pentágono, en el comunicado.
La agencia estatal de noticias iraní Isna también confirmó el ataque. “Valientes combatientes de la Fuerza Aérea” dieron a inicio a la operación “Mártir Soleimani” lanzando “decenas de misiles tierra-tierra sobre la base de las fuerzas terroristas e invasoras de Estados Unidos”, reportó.
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump fue informado sobre lo sucedido y está monitoreando la situación. “Estamos al tanto de los reportes de ataques sobre objetivos estadounidenses en Irak”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham. “El presidente fue informado, está monitoreando de cerca la situación y consultando con su equipo de seguridad”, agregó.
En Irak hay alrededor de 6.000 soldados estadounidenses, siendo el quinto país de Medio Oriente con más efectivos, detrás de Afganistán, Catar, Kuwait y Bahréin. Hace unos días, cuando la situación entre Estado Unidos e Irán comenzó a tensarse, el Pentágono anunció el envío de 3.500 soldados más a la región.
Este martes también, según informó The Times, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, informó en el Parlamento que Reino Unido había ordenado evacuar el personal no esencial de Bagdad y no descartó que se pudiera producir un ataque militar de la coalición contra Irán, y dijo que helicópteros y buques de guerra habían sido estacionados en espera en Medio Oriente.
El bombardeo comenzó horas después de que en Irán se diera sepultura al general Qasem Soleimani, uno de los comandantes de la Fuerza Quds, cuerpo de elite de la Guardia Revolucionaria iraní, que fue asesinado el viernes por un ataque estadounidense también en Irak. Durante el sepelio de Soleimani se produjo una estampida en la que murieron cerca de 60 personas y más de 200 resultaron heridas. La ceremonia fúnebre tuvo lugar en Kermán, la ciudad natal del general asesinado, y la aglomeración de gente fue tal –se estima que había cientos de miles de personas siguiendo el féretro– que en medio de la confusión 56 personas murieron aplastadas y 213 sufrieron heridas de diversa entidad, según informaron fuentes oficiales iraníes.
Tras el atentado contra Soleimani, realizado con un dron, grupos armados pro iraníes en Irak prometieron juntar fuerzas para responder al ataque. La Guardia Revolucionaria había advertido a Estados Unidos y sus aliados que llevaría adelante un contraataque. “Advertimos a todos los aliados estadounidenses, que dieron sus bases a su Ejército terrorista, que cualquier territorio que sea el origen de actos agresivos contra Irán será atacado”, informó en un comunicado, según El País de Madrid.
Este martes Trump y el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se reunieron en Washington con el viceministro de Defensa de Arabia Saudita, Khalid bin Salman. “Tuve una muy buena reunión con @kbsalsaud de Arabia Saudita. Hablamos de comercio, cuestiones militares, precios del petróleo, seguridad y estabilidad en el Medio Oriente!”, tuiteó el presidente de Estados Unidos.
Medios estadounidenses informaron sobre el arribo de Pompeo y del secretario de Defensa, Mark Esper, a la Casa Blanca, y de la posibilidad de que Trump brindara un mensaje televisivo a la nación, lo que finalmente no sucedió.