El Ministerio Público de Brasil informó este martes que presentó una denuncia contra siete personas con crímenes informáticos cometidos contra los celulares de autoridades brasileñas. Entre las personas denunciadas está Glenn Greenwald, editor de The Intercept, medio que publicó la serie Vaza Jato (difundido en español por la diaria en Los Mensajes secretos de Lava Jato), que reveló irregularidades en la investigación judicial conocida como Lava Jato, en particular por los intercambios mediante Telegram de los fiscales y el entonces juez de la causa, actual ministro de Justicia de Brasil, Sérgio Moro.

La investigación que concluye con esta denuncia buscaba determinar las responsabilidades en el hackeo de las cuentas de Telegram, cuyo contenido llegó de forma anónima a The Intercept. Cuando inició el proceso, el Ministerio Público también quiso investigar a Greenwald, pero esto fue impedido por una medida cautelar que se basaba en que el periodista no era responsable de cómo se habían obtenido los contenidos que a él le llegaron de forma anónima.

Así, Greenwald no fue investigado, sin embargo, en el proceso se encontró el audio de una conversación entre él y uno de los involucrados en el hackeo, Luiz Henrique Moliçao. A pesar de que en ese diálogo (disponible en la denuncia del Ministerio Público) Greenwald parece atenerse a los criterios periodísticos y cuidarse de no incurrir en un delito, el Ministerio Público concluye que tuvo “una clara conducta de participación auxiliar en el delito, buscando convertir la idea de protección a la fuente en una inmunidad para orientar a criminales”.

De hecho, la Policía Federal había concluido del análisis del mismo diálogo que “no es posible identificar la participación moral y material” de Greenwald en los crímenes, e incluso destaca su “postura cuidadosa y distante” con respecto a quienes cometieron los delitos.

Por su parte, el juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil que impuso la medida cautelar a favor de Greenwald, Gilmar Mendes, criticó la denuncia, al considerar que implica una violación a su propia orden.

El rechazo de The Intercept y organizaciones civiles y sociales

“Nosotros, en The Intercept, vemos un intento de criminalizar no solamente nuestro trabajo, sino el de todo el periodismo brasileño. No existe democracia sin periodismo crítico y libre. La sociedad brasileña no puede aceptar abusos de poder como este”, indica el comunicado emitido por el medio. Señala además que el fiscal que presentó la denuncia, Wellington Divino de Oliveira, impulsó una denuncia contra el presidente de la Orden de Abogados de Brasil, Felipe Santa Cruz, por una presunta calumnia contra Moro, que después fue rechazada por la Justicia por falta de mérito.

Greenwald consideró que la denuncia es “un intento obvio de atacar a la prensa libre en venganza por las revelaciones sobre el ministro Moro” y apuntó directamente a él: “Está abusando de su cargo para atacar a sus enemigos políticos”, aseguró. “No seremos intimidados por estas iniciativas tiránicas para silenciar periodistas”, agregó.

Por otra parte, la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación, repudió la denuncia, que considera que es una violación a la libertad de prensa y se basa “en una interpretación distorsionada de las conversaciones del periodista con su entonces fuente”, con el único objetivo de amedrentarlo.

A su vez, Amnistía Internacional consideró “profundamente grave” la denuncia, que también le causa “extrañeza” porque Greenwald no fue investigado. “Esperamos que las autoridades policiales esclarezcan los procedimientos legales que llevaron a dicha decisión”, indicó la organización en redes sociales.

Otro que eligió Twitter para pronunciarse fue el responsable de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión, David Kaye, quien dijo que “parece un intento de intimidar” a Greenwald y a The Intercept.

En una línea similar se manifestó el uruguayo Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien además recordó que el Ministerio Público no ha revelado avances en la investigación de las amenazas recibidas por Greenwald.

Las opiniones de los políticos

También se pronunció en solidaridad con Greenwald el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien consideró que el periodista está siendo víctima de “un evidente abuso de autoridad”.

La denuncia generó rechazo tanto en la izquierda como en la derecha. El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido liberal Demócratas, también opinó que la denuncia es “una amenaza a la libertad de prensa”.

Consultado sobre este tema, el presidente Jair Bolsonaro no se pronunció sobre la cuestión de fondo. Dijo que es “indiferente” ante la denuncia y acerca de Greenwald preguntó: “¿Dónde está ese muchacho? ¿Está en Brasil?”, al parecer en referencia a que es estadounidense. Para concluir, confundió al Ministerio Público con la Justicia y agregó: “La que denunció fue la Justicia, ¿vos no confiás en la Justicia?”.