Al retornar de sus vacaciones veraniegas, el presidente chileno, Sebastián Piñera, condenó este lunes enérgicamente los hechos de violencia que se registraron en la noche del domingo en la ciudad costera de Viña del Mar, el día de la inauguración del conocido festival musical anual. Durante una comparecencia ante los medios dijo que el país “ya ha tenido demasiada violencia” y pidió a todos los sectores de la sociedad y la política condenar cualquier acto de esta naturaleza. “Llegó el tiempo de un gran acuerdo por la democracia, contra la violencia y por la paz. Este acuerdo tiene que incluir no sólo condenar la violencia, no sólo defender la democracia y el estado de derecho, sino también condenar a quienes no condenan la violencia y a los que atentan contra la democracia”, afirmó Piñera. En su primer día de tareas tras las vacaciones, Piñera se reunió con su gabinete y afirmó que “la línea divisoria no es entre gobierno y oposición”, sino entre aquellos que creen en la democracia y quieren “vivir en paz” y “aquellos que practican la violencia”.

En la noche del domingo, día en que comenzó el festival, alrededor de 1.000 personas se manifestaron violentamente en las calles de Viña del Mar bajo la consigna “Calles con sangre, Viña sin festival”, para exigir la cancelación del evento musical, debido a la grave crisis social que afecta al país desde octubre del año pasado. Grupos de manifestantes encapuchados chocaron con los carabineros y protagonizaron varios hechos de vandalismo, incluyendo incendios de autos y saqueos a comercios. Además, se registraron pedreas contra el edificio de la Municipalidad de la ciudad y contra la fachada del hotel O’Higgins, donde se encontraban artistas, periodistas y trabajadores del festival. Según informó el Ministerio del Interior chileno, los incidentes nocturnos dejaron un saldo de 24 detenidos, 29 agentes policiales heridos, nueve tiendas saqueadas y una decena de autos incendiados.

“Necesitamos asegurar el orden público y vivir en paz para tener un plebiscito que sea democrático, limpio y transparente. Todos queremos mejorar, cambiar, modernizar y perfeccionar la Constitución”, agregó el mandatario, que en reiteradas ocasiones desde que comenzó el estallido social en Chile pidió a sus adversarios políticos que condenen categóricamente la violencia. El plebiscito del 26 de abril, en el que se pondrá a consideración de la ciudadanía una eventual reforma de la Constitución que está vigente desde 1980, es una de las principales apuestas de Piñera para desactivar la grave crisis que vive el país, que costó la vida de aproximadamente 30 personas y dejó miles de heridos, en medio de numerosas acusaciones contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.