El Senado estadounidense absolvió por amplia mayoría este miércoles al presidente estadounidense, Donald Trump, de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso, ya que la mayoría republicana en la cámara alta rechazó el planteo de los demócratas de la Cámara de Representantes para destituirlo de su cargo por presionar a una potencia extranjera para incriminar a Joe Biden, uno de sus más acérrimos rivales políticos.

El resultado de la votación en el Senado era de esperar, ya que en esa cámara los republicanos son mayoría, contrariamente a lo que pasa en la cámara baja, y en la jornada el único voto disidente fue el del senador republicano por Utah Mitt Romney, quien se manifestó en forma favorable a la destitución de Trump.

El recuento final se ubicó muy por debajo de los 67 votos necesarios para la remoción, y ninguno de los artículos de juicio político obtuvo siquiera la mayoría simple. El primer artículo, abuso de poder, fue rechazado 52 a 48, y el segundo, obstrucción del Congreso, fue derrotado 53 a 47.

Según valoró The New York Times, la votación que puso fin al tercer juicio político de un presidente en la historia de Estados Unidos significó una gran victoria para Trump, después de cinco meses agitados en los que la acusación de haber interferido con el gobierno de Ucrania para perjudicar al precandidato presidencial demócrata Joe Biden y su hijo, quien posee intereses comerciales en la nación eslava, incomodó profundamente al político republicano, que este año irá en busca de su reelección en los comicios presidenciales que se realizarán en noviembre.

Luego de conocer el resultado de la votación en el Senado, Trump celebró en su cuenta de Twitter y dijo que hoy dará un discurso para hablar sobre “victoria” de Estados Unidos “sobre el engaño de la acusación”.

El respaldo a Trump llegó apenas un día después de que el mandatario ofreciera en la Cámara de Representantes el discurso sobre el estado de la nación, instancia que estuvo plagada de gestos que dejaron en evidencia la enorme crispación que existe actualmente en el panorama político estadounidense entre republicanos y demócratas.

Antes de comenzar su alocución, en la que entre otras cosas habló sobre los logros económicos que a su juicio se obtuvieron durante sus años de gobierno, Trump se negó a saludar a la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que le extendió la mano pero no tuvo respuesta alguna por parte del mandatario.

“En sólo tres cortos años, hemos destrozado la idea del declive estadounidense y hemos rechazado la reducción del destino de Estados Unidos. Hemos rechazado totalmente la reducción”, afirmó Trump durante su discurso. Fustigando sin nombrar a su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, Trump afirmó que en los últimos años la economía de Estados Unidos comenzó su recuperación después de la crisis financiera de 2008. “Estamos avanzando a un ritmo inimaginable hace poco tiempo, y nunca, nunca retrocederemos”, afirmó.

Cuando Trump finalizó su discurso, y en otro gesto elocuente, Pelosi tomó el texto que había leído el mandatario y lo rompió ampulosamente, dejando más que en evidencia la animadversión existente entre ambos líderes, fogoneada además por tratarse de un año electoral, en el que los dos partidos hegemónicos de la política estadounidense se juegan mucho.

El discurso de Trump, además de abordar temáticas locales, también dedicó tiempo a dar un mensaje internacional, cuando el republicano alabó al venezolano Juan Guaidó –presente en la Cámara de Representantes–, a quien el gobierno estadounidense dice reconocer como mandatario legítimo de la nación sudamericana.

“Con nosotros esta noche está el presidente legítimo de Venezuela”, dijo Trump ante el pleno del Congreso, que recibió el anuncio con una cerrada ovación de miembros de ambos partidos, marcando uno de los escasos momentos de cierta unanimidad en el recinto.

“Por favor lleve este mensaje de vuelta [a su país]: Estados Unidos está unido con la lucha de Venezuela por la libertad”, afirmó Trump. Sobre el tema el republicano destacó además la “coalición internacional” que Estados Unidos lideró “en contra del dictador socialista Nicolás Maduro”. Trump acusó al líder chavista de ser un “gobernante ilegítimo” y aseguró que “el dominio de la tiranía de Maduro acabará”.