Hay pocas cosas más lindas que disfrutar de una noche veraniega en el jardín, con el olor de los jazmines envolviendo el ambiente, los grillos cantando a lo lejos y el cielo estrellado como único techo. Pero cuidado, por más que la idea sea estar en conexión con la naturaleza, hay ciertos cuidados que tenemos que adoptar, porque el entorno no sólo nos regala experiencias maravillosas, sino también de las otras. Es el caso de los mosquitos, por ejemplo. Ponerse repelente quizás arruine el clima del momento, pero peor son las picaduras. El frío es otra cosa que no debemos subestimar, porque sabemos que el clima en Uruguay es traicionero. Finalmente, es fundamental que siempre tengamos a mano un par de tapones para los oídos, para protegernos del veneno y el resentimiento que las murgas frenteamplistas disparan desde los tablados que la Intendencia Comunista de Montevideo instala en todos los barrios (¡sí, en el nuestro también!) para contaminar el aire de la ciudad con su hegemonía cultural. Desgraciadamente, todo parece indicar que durante los próximos cinco años vamos a tener que seguir soportando la propaganda marxista maquillada con brillantina y pintura para la cara, así que lo mejor es irse acostumbrando a salir al jardín con alguna protección.