En una ceremonia en el Palacio de Planalto, en Brasilia, en el marco del lanzamiento de una línea para crédito inmobiliario de un banco federal, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo que la empresa pública de correos se encamina hacia su privatización y que la reforma administrativa, que todavía no fue enviada por el Ejecutivo al Congreso, está “madura”. “Algunas instituciones no serán privatizadas mientras yo sea presidente, pero el Correo se encamina a la privatización, más aún teniendo en cuenta que en el pasado fue foco de grandes escándalos”, además de ser un monopolio.

El mandatario ultraderechista aprovechó para elogiar a su ministro de Economía, Paulo Guedes. El jerarca presiona para que la reforma administrativa sea enviada al Poder Legislativo, ya que la considera esencial para la recuperación de la economía, según comentó una fuente presidencial a la agencia de noticias Reuters. Sin embargo, la remisión de la propuesta al Congreso, prevista para esta semana, fue postergada. Al respecto Bolsonaro expresó: “Estamos haciendo lo posible, con mucha humildad, conversando con todos antes de tomar decisiones, entre otros con Paulo Guedes. La cuestión de la reforma administrativa ahora está madura. No podemos presentar una reforma y después nosotros mismos tener que ir a buscar diputados y senadores para corregirla”.

El presidente aprovechó la ocasión para elogiar a Guedes, que fue duramente criticado en las últimas semanas por haber dicho que con el dólar bajo hasta las empleadas domésticas podían viajar a Disneylandia. Dirigiéndose al ministro el ex capitán ultraderechista le pasó la mano por la espalda con una metáfora futbolera: “Paulo, sólo se critica a los que tienen virtudes. Ninguno critica al pata de palo que siempre erra goles, sino al crack que erra un penal. Lo critican hasta cuando hace un gol pero no le pegó bien”.

Mientras el presidente se expresaba de esa forma, en el Senado, a pedido de varios legisladores, se decidía convocar al general Augusto Heleno, ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, para dar explicaciones acerca de sus dichos en una conversación con varios jerarcas afirmó, acerca del tire y afloje entre el Ejecutivo y el Congreso por el tema del presupuesto. “No podemos aceptar que estos tipos nos chantajeen todo el tiempo. Que se vayan a la mierda”, dijo Heleno en una conversación privada que se filtró a la prensa. Según informaron algunos medios brasileños, Heleno le aconsejó a Bolsonaro “convocar al pueblo a la calle” en vez de negociar una “rendición”, término que empleó para definir las negociaciones del gobierno con Rodrigo Maia y Davi Alcolumbre, presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, respectivamente.

Precisamente Alcolumbre, perteneciente al partido derechista Demócratas, pretende fijar para la primera sesión del Congreso luego del feriado de Carnaval, el 3 de marzo, el requerimiento presentado por varios legisladores para que Heleno explique sus dichos a los parlamentarios. Este general es uno de los más desembozados críticos de la izquierda dentro del gobierno de Bolsonaro; sobre el encuentro del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva con el papa Francisco dijo que fue “un ejemplo de solidaridad entre malhechores. Están muy a gusto los izquierdistas”.

Paralelamente, los permanentes dislates de Bolsonaro llevaron a la revista Istoé, que en su momento fue un bastión de la oposición a los gobiernos del Partido de los Trabajadores, a dar una aparatosa vuelta carnero: en la edición en papel que se publicará mañana tendrá en la tapa una foto de Bolsonaro haciendo un corte de manga –gesto denominado banana en portugués– bajo el título “¡Basta!”, pidiendo explícitamente que se inicie un proceso de juicio político contra el mandatario. “Al hacer menciones abyectas de connotación sexual contra la periodista Patrícia Campos Mello, Bolsonaro volvió a demostrar inequívocamente que hiere el decoro y la liturgia del cargo que ocupa. De acuerdo con la Constitución, el jefe de Estado ya dio muchísimas razones para que le sea abierto un proceso de impeachment. Corresponde ahora a los demás poderes el papel y el deber de investigar y juzgar la conducta del inquilino de Planalto”, dice el texto que acompaña el titular de la nota.