Israel anunció medidas de seguridad extraordinarias para combatir el avance del coronavirus, que en ese país ya afecta a 42 personas. Todos los viajeros que ingresen a Israel, tanto nacionales como extranjeros, deberán pasar dos semanas en cuarentena. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, adelantó que quienes contraigan el virus serán arrojados a la franja de Gaza. “La salud del pueblo judío es lo primero. Arrojar a los infectados es una decisión difícil, pero en este tipo de situaciones la única opción es actuar con determinación y valentía”. Consultado sobre por qué se eligió Gaza como destino de los infectados, el mandatario respondió: “Después de un cuidadoso estudio, llegamos a la conclusión de que desde el punto de vista logístico era lo más rápido y efectivo, porque solamente tenemos que atar a los enfermos a los cohetes que tenemos apuntando hacia allí”. Netanyahu negó que esta estrategia tenga como objetivo diseminar el coronavirus en territorio palestino. “Si esta medida provoca una epidemia de coronavirus en Gaza no va a ser por nuestra culpa, sino porque las autoridades palestinas no saben cuidar a sus ciudadanos”.

Pedido de calma

A pesar del anuncio, Netanyahu negó que la situación actual sea “grave” y pidió mantener la calma. “Lo importante es que sigamos con nuestras vidas, como lo que ocurre en Cisjordania, donde vamos a decidir en forma arbitraria quién entra y quién no, a encerrar en cualquier momento, sin ningún tipo de justificación, a quien nosotros queramos y, eventualmente, disparar a quienes no cumplan con lo que piden nuestros soldados. O sea, una situación completamente normal. Lo que importa es seguir con la vida cotidiana como si no estuviera pasando nada extraordinario”.