Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La emergencia sanitaria disloca las articulaciones entre las personas y la política. El distanciamiento social disminuye mucho las interacciones presenciales y aumenta la proporción de las que se realizan mediante internet, con el conocido problema de que se acota la diversidad de los puntos de vista a los que accedemos. Los medios de comunicación disponen de menos información obtenida directamente en el terreno, y crece su dependencia de las fuentes institucionales.

Han disminuido la actividad parlamentaria y –aún más– la de los partidos y organizaciones sociales, de modo que el Poder Ejecutivo tiene un fuerte protagonismo, y entre sus tareas se vuelven centrales, lógicamente, las que tienen que ver con la crisis y el modo de afrontarla.

Así, hay asuntos de clara importancia que parecen extraños en este contexto. El diputado frenteamplista Daniel Gerhard habla, en la entrevista que publicamos hoy, de una serie de temas políticos y sociales que han quedado muy relegados en la agenda pública, pero que no por ello deberían dejar de interesarnos.

El presidente Luis Lacalle Pou se refirió, en ocasión del aniversario del desembarco de los llamados “33 orientales”, a la necesidad de ubicar en el contexto actual la cuestión de la libertad individual, y quienes sólo están atentos a los temas relacionados directamente con la covid-19 quizá ni siquiera se percataron de que le estaba respondiendo, en forma indirecta (como ya lo había hecho en la conferencia de prensa del viernes pasado), a la declaración de Un Solo Uruguay que cuestionó la imposición de “solidaridad obligatoria” al sector agropecuario, justamente en nombre de la libertad individual.

Es tal la centralidad que han adquirido el Poder Ejecutivo y sus decisiones ante la emergencia, que a algunos les puede parece desubicado que un diputado insista en pedir respuestas oficiales acerca de la contratación del hotel Urban Express para alojar a personas que estaban en situación de calle. Tal vez al propio Ejecutivo le parezca pertinente ejercer su reforzada autoridad para destituir a funcionarios del Ministerio de Salud Pública, en varios casos con responsabilidades de primera línea, sin previo aviso ni evaluaciones conocidas que lo justifiquen. Es muy probable que lleguen luego alguna pregunta en conferencia de prensa o pedidos de informes parlamentarios, pero a todos nos compete considerar si la “nueva normalidad” de la que habla Lacalle Pou debe incluir, como si nada, acciones de gobierno que se ejecutan primero y eventualmente se explicarán después.

Es delicado manejar este tipo de situaciones en las circunstancias actuales. Hacen falta una firmeza sin estridencias, y una manera de hacer política que no se pueda confundir con intereses de autopromoción. En otras palabras, hacen falta cualidades como las que caracterizaban a Felipe Michelini, fallecido ayer. Mucho aportó, desde diversas tareas sociales, académicas, institucionales y políticas (y también como colaborador frecuente de la diaria), para que tuviéramos un país más democrático, en el que se respetaran y se promovieran más los derechos humanos. Vamos a extrañarlo.

Hasta mañana.