Desde este jueves el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, comenzará los contactos con los líderes de todos los partidos políticos del país para comenzar a diagramar una especie de nuevos pactos de La Moncloa, acción tendiente a garantizar la gobernabilidad luego de la crisis económica que ya se está empezando a sentir con fuerza en la economía a causa de la pandemia de covid-19. Los pactos invocados hacen referencia a los realizados en 1977 por todas las fuerzas democráticas, con el objetivo de estabilizar el proceso democrático luego del final del franquismo, además de adoptar una política económica común para salir de la crisis económica que por entonces padecía el país.

Este martes la portavoz del gobierno español, María Jesús Montero, anunció que el jueves el presidente Sánchez se reunirá con Pablo Casado, líder del Partido Popular (PP), en el que será el inicio de una ronda de “entrevistas bilaterales” con los líderes y portavoces de todas las fuerzas políticas para “empezar a trabajar en el gran acuerdo para la reconstrucción económica y social de España” tras la pandemia. Con estas reuniones el presidente pretende “avanzar hacia este gran pacto que permita sentar las bases de la España del día después tras vencer esta pandemia global”. “Tenemos que empezar hoy a construir ya la prosperidad del mañana”, aseguró Montero. El presidente del Gobierno remarcó que este acuerdo debe englobar a todos los partidos, los ejecutivos autonómicos, los ayuntamientos, las entidades patronales, sindicales y actores sociales, de acuerdo con lo que informo el diario barcelonés La Vanguardia.

Sin embargo, las opiniones sobre este eventual pacto de gobernabilidad lejos están de ser unánimes. En las últimas semanas los cruces entre el gobierno y la oposición fueron particularmente duros en cuanto a las políticas que se adoptaron para combatir la pandemia. También abundaron las críticas hacia el Ejecutivo desde los gobiernos autonómicos, que en su mayoría consideran que el gobierno central de Sánchez tomó decisiones en forma unilateral durante la crisis generada por el coronavirus, sin hacer consultas previas con los presidentes de las comunidades. En este sentido los más críticos con el gobierno fueron dos líderes de sectores nacionalistas, el president catalán, Quim Torra, y el lehendakari del gobierno vasco, Íñigo Urkullu, y también el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, integrante del PP.

Un jerarca autonómico que defendió el diálogo impulsado por Sánchez fue el socialista Adrián Barbón, presidente de Asturias, quien declaró: “Para los que critican esos pactos de La Moncloa, si no somos capaces de unir esfuerzos en estas circunstancias, ¿para qué servimos los políticos?”. En una línea similar se expresó el también socialista Emiliano García-Page, presidente de la comunidad de Castilla-La Mancha, quien expresó, de acuerdo con lo que consignaron medios españoles, que un gran pacto nacional “no es que sea el mejor camino, es que es la única salida”. “Para lograrlo, todos tenemos que poner de nuestra parte”, amplió García-Page, que también consideró conveniente “participar más, y previamente”, en la toma de decisiones.

Malos presagios

En el territorio español la lucha contra la pandemia del coronavirus prosigue y, si bien lo peor de la crisis sanitaria parece haber pasado, las proyecciones futuras respecto de la economía son funestas.

Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), titulado “Perspectivas económicas mundiales” y publicado presentado este martes, sostiene que el coronavirus provocará el mayor derrumbe de la economía española desde la Guerra Civil, finalizada en 1939. Según los datos del estudio, durante este año el Producto Interno Bruto (PIB) caerá 8% y la tasa de desempleo aumentará seis puntos, hasta situarse en 20,8% de la población económicamente activa.

Pero el informe del FMI es más amplio y prevé que el derrumbe de las economías será generalizado. Según las proyecciones realizadas por los técnicos del organismo internacional de crédito, el PIB de la eurozona se contraerá 7,5% este año. Entre las cuatro mayores economías de esta área, Italia es la que registrará una contracción mayor, ya que alcanzará a 9,1%, seguida de España, con una caída de 8%, Francia, con 7,2%, y Alemania, con 7%, cifras que no se registraban en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial, según consignó la agencia de noticias Efe.

Pero volviendo a España, y específicamente a la lucha contra la expansión de la pandemia, este martes el gobierno de Sánchez dictó una orden que pone a disposición de las comunidades autónomas cualquier centro de diagnóstico clínico, privado o público, que no esté prestando servicios al Sistema Nacional de Salud. Además, dentro de las medidas ordenadas por el Ministerio de Salud se contempla la posibilidad de adoptar medidas para la regulación de los precios de las pruebas diagnósticas para la detección de la covid-19, con el objetivo de evitar especulaciones abusivas en el acceso a estos testeos.

Paralelamente, de acuerdo con lo dispuesto por el Ministerio de Salud español, también se limitará la realización de las pruebas diagnósticas para la detección de la covid-19 a aquellos casos en los que exista una prescripción hecha por un médico y que se ajusten a criterios establecidos por la autoridad sanitaria competente, según informó el portal Público.

En cuanto a los números de la pandemia, la tendencia descendiente de casos y muertes atribuidas a la covid-19 continúa. Los casos activos de la enfermedad en España son algo más de 87.000, y las muertes desde que comenzó la pandemia suman 18.150. Las regiones más afectadas por la nueva cepa viral fueron las comunidades de Madrid y Cataluña, donde se constataron 6.568 y 3.666 fallecimientos, respectivamente.