Ashley prefiere que le digan Ash, tiene 32 años, trabajó un tiempo como diseñador web y ahora está completamente dedicado a crear minidocumentales sobre la música británica para su canal de Youtube Trash Theory.

Nació en las afueras de Londres y actualmente vive en Birmingham, adonde se mudó para estudiar producción cinematográfica, “por lo que ya tenía conocimientos sobre edición de audio y video antes de crear el canal”, dice. Antes que el fútbol, prefiere las películas y los juegos de mesa, y entre sus discos favoritos de todos los tiempos están Clarity, de Jimmy Eat World; Racecar is Racecar Backwards, de Reuben; The Holy Bible, de Manic Street Preachers; Bat Out of Hell, de Meat Loaf; y Art Angels, de Grimes. A las nuevas estrellas del rock de su país –como Muse– las encuentra un poco aburridas, pero rescata algunos valores del underground, como Black Midi y False Underground.

No conoce mucho sobre el rock en América Latina, salvo a los brasileños Sepultura y a Los Saicos. “Por un video que hice, Before 76: How Punk Became Punk, mucha gente me comentó que había dejado afuera a los peruanos Los Saicos, y ahí me di cuenta de su estatus como precursores del protopunk. Me gustaría conocer más”. “Googleando encontré a Carmen Sandiego y suena muy cool. Son una versión posrock de Modest Mouse y tienen algo de New Order”, agrega sobre su descubrimiento uruguayo.

Comenzó a subir videos para su canal Trash Theory hace dos años y ya suma más de 50 episodios, más de 120.000 suscriptores, y sus últimos trabajos superan las 200.000 vistas.

Hay algo simple y elegante en su forma de presentar cada programa. Su propia voz, de frío y erudito acento británico, narra la historia de cada capítulo, despreocupadamente, mientras sorprende con datos poco conocidos y enfoques nuevos sobre viejas discusiones relacionadas con la historia del rock. Corta y pega imágenes de archivo de videos y fotografías, utiliza los segundos justos de música permitidos por el copyright de los artistas e incrusta sobre las imágenes, con gran habilidad y estética, citas de los músicos –extraídas de revistas especializadas o biografías– y palabras clave que le sirven para delimitar y definir con mayor claridad a los personajes y acontecimientos con los que construye cada relato.

Antes que periodista, Ash se considera un historiador que busca encontrar sentido y conexión entre las escenas musicales de diferentes épocas. Su última serie de videos se llama New British Canon: “Es una idea que se me ocurrió a partir de estar escuchando una lista de las mejores canciones británicas en Radio X. En el top ten, seis eran de Oasis, así que pensé que con estos videos podría mostrar que la música británica es más diversa e interesante que sólo Oasis y el indie pop de guitarras”.

Pasa semanas, incluso meses, mirando archivos de video, googleando, leyendo revistas y biografías de los artistas, y menciona el libro The 33 1/3 B-sides, de Will Stockton y D Gilson, como una de sus principales referencias. “Lo que más busco son citas y hechos que me ayuden a armar una narrativa. Lo ideal es que consiga cinco hechos o acontecimientos que me hagan decir ‘guau, esto es interesante’”.

Su video más nuevo está dedicado a “Firestarter”, la incendiaria canción de mediados de los 90, y lleva como nombre How The Prodigy Won Over the Metalheads (Cómo The Prodigy les ganó a los metaleros). Para contar qué había detrás de tanta locura (pelos de colores, ojos saltones, punk rock mezclado con música electrónica y saltos peligrosos sobre el escenario), Ash repasa la historia del grupo desde sus comienzos, deconstruye documentadamente cada una de sus apuestas de impacto, y, al final, nada de aquel caos resulta casual ni improvisado. “Era sólo yo, sin cara, encerrado en mi cuarto, escribiendo música”, decía el fundador de la banda, Liam Howlett, a Rolling Stone en 1997. Ash revive su testimonio con letras blancas sobre una foto lúgubre de Liam, todavía lejos del spray y con un corte de pelo nerd a dos aguas, y así remata su primer fact, pero antes lo había encontrado en una rareza de VHS, vestido de pijama, en su cuarto y rodeado por sus teclados, entre ellos un sintetizador Moog Prodigy, de donde surge el nombre de la banda. Este episodio también echa luz sobre el subestimado frontman de la banda Keith Flint (fallecido en marzo de 2019). Con las piezas más difíciles de puzle a la vista, descubrimos que el éxito de The Prodigy se debió bastante a su catarsis y a su capacidad para expresar sus conflictos a través del arte.

Otro de sus mejores capítulos está dedicado al clásico de The Smiths How Soon is Now. Es la historia de, tal como lo etiquetó en Youtube, “el lado B que definió a The Smiths”. Como en casi todos los casos, Ash hace tres cosas: contar la historia de un artista o una canción de forma clásica, poner en primer plano a personajes laterales y linkear la obra, con sus fuentes de inspiración y sus herederos musicales. En esta ocasión, el trabajo antropológico de Ash también es el de un refutador de leyendas. Para los fanáticos más jóvenes, y seguro que para algunos veteranos también, puede resultar shockeante comprobar que, visto todo desde más cerca, la magia puede romperse en un segundo, como cuando descubrimos, prueba sobre prueba, que los seductores e inigualables riffs de Johnny Marr están hechos con un poco de The Gun Club, el grupo Can y, especialmente, Jimi Hendrix y Bo Diddley. “Mi fuente principal para ese (video) fue un libro que se llama Mozipedia, que tiene un montón de trivia sobre The Smiths y Morrissey”, me cuenta sin misterios.

Mi preferido dura algo más de 15 minutos, trata sobre Joy Division y su clásico She’s Lost Control y es uno de los mejores documentales que andan en la vuelta para quien pretenda conocer exactamente cómo nace la originalidad de su sonido –mucho más allá de la oscuridad y el tormento de su cantante, Ian Curtis– y qué rol jugó el productor Martin Hannett para modular los aires de los entonces punks Bernard Sumner y Peter Hook.

Otros episodios plenamente recomendables son “Antes de Black Sabbath: cómo el rock psicodélico se convirtió en metal”, “Blur vs. Oasis: quién ganó la batalla del britpop” y “El encanto universal de los Buzzcocks”.

Ahora acaba de estrenar uno dedicado a los Beastie Boys, su álbum Paul’s Boutique y “cómo el grupo cambió la cara del hip hop”. De paso, nos recomienda Codename (en español, código secreto), un juego de caja con cartas para practicar los oficios del espía y el investigador.

Trash Theory en Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCxHcoI9ndIdAihEB7ODTOfQ.