La situación política en Brasil continúa siendo muy compleja, en medio de un gran clima de inestabilidad, agudizado por los daños sanitarios y económicos generados por la pandemia de covid-19.

El nuevo punto de tensión está ahora puesto en una disputa entre el presidente Jair Bolsonaro y la mayor parte de los integrantes del Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima instancia de la Justicia brasileña.

El fiscal general de la República, Augusto Aras, pidió este jueves al STF la suspensión de la investigación sobre las redes de noticias falsas bolsonaristas, en la cual la Policía Federal ya realizó 29 allanamientos contra diputados, empresarios y otros allegados al mandatario ultraderechista.

La petición de Aras fue enviada a uno de los ministros del STF, Edson Fachin, que este jueves redirigió la decisión al plenario del órgano judicial presidido por el ministro José Antonio Días Toffoli. Pero de acuerdo a lo que informó Folha de São Paulo, la mayoría de los integrantes del STF está a favor de seguir adelante con la investigación, conducida por el ministro Alexandre de Moraes.

Este jueves, durante un contacto con los medios que tuvo por la mañana cuando salía de su residencia, el Palacio de la Alvorada, en Brasilia, el presidente Bolsonaro se mostró notoriamente molesto con la decisión judicial de investigar a sus allegados, de acuerdo a lo que informó la prensa brasileña.

El ex capitán, de 65 años, afirmó que “no habrá otro día como el de ayer”, haciendo referencia al miércoles, cuando en las primeras horas de la mañana efectivos de la Policía Federal realizaron numerosos procedimientos en varias ciudades del país para obtener pruebas sobre la existencia del denominado “gabinete del odio” ‒integrado por una amplia red de políticos, empresarios y otros actores afines al mandatario, entre ellos sus tres hijos dedicados a la política‒, que tiene como cometido financiar y difundir noticias falsas por medio de las redes sociales, para perjudicar a los numerosos enemigos políticos del mandatario.

Bolsonaro afirmó que no se puede seguir permitiendo que personas tomen decisiones en nombre de todos y que se está generando una crisis que va a “complicar a Brasil”.

Según el presidente, cuyo discurso fue transmitido en vivo por CNN Brasil, las “órdenes absurdas” no deben ser acatadas por la Policía Federal, y sostuvo además que la operación ordenada por el STF tiene como objetivo derrumbar a los únicos medios que hablan bien de él y que algunos tienen la intención de sacarlo del gobierno para “volver a robar”.

“No harán que yo me extralimite y me transforme en un pseudo dictador de derecha”, afirmó Bolsonaro, quien recordó que como presidente es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, pero garantizó que las “únicas armas que tiene en su mano son las de la democracia”.

Bolsonaro no aceptó preguntas por parte de los periodistas presentes en el lugar y cerró abruptamente su discurso cuando uno de los trabajadores de la prensa pretendió interrogarlo. “El que está hablando soy yo, no estoy dando una entrevista. Así que al que no le gusta que se vaya”, sentenció el mandatario.