Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Por lo general caen bien las exhortaciones políticas a dialogar y lograr acuerdos, pero los partidos –como su nombre lo indica– existen como expresión organizada de diferencias, y sus identidades se basan en la construcción de un “nosotros” y un “ellos” contrapuestos. Tras la declaración de emergencia sanitaria se habló mucho de la necesidad de unirnos, pero en la actualidad, con los casos de covid-19 en cantidades manejables y a la baja, los conflictos pasan a primer plano.

En el Partido Colorado afloran tensiones entre los dos sectores mayoritarios, alineados tras Ernesto Talvi y Julio María Sanguinetti. El anuncio de que el primero dejará el Ministerio de Relaciones Exteriores, para dedicarse no se sabe todavía a qué, creó una situación confusa, que tiene relación con la puja interna.

Esto no es necesariamente malo para el partido, que tuvo grandes dificultades para crecer durante los años de predominio de Pedro Bordaberry. Luego de que este se retiró, no hubo en realidad un aumento de la cantidad de votantes, pero sí se instaló una competencia más atractiva para todas las partes, porque nadie parece derrotado de antemano.

También reactivaron conflictos las declaraciones del ministro de Defensa Nacional, Javier García, sobre el procesamiento de un soldado retirado, acusado de ametrallar en 1972 por la espalda, cumpliendo órdenes, a un detenido esposado que intentaba huir. Como era esperable, varias organizaciones sociales y políticas cuestionan la posición de García, y se reclama que el presidente Luis Lacalle Pou aclare si piensa lo mismo que el ministro. Este ratificó expresamente sus controvertidos dichos, una vez más sin mencionar si le parece que aquella orden fue correcta.

También hubo fuego cruzado entre autoridades actuales y anteriores del Ministerio de Desarrollo Social a raíz de que un hombre de 53 años en situación de calle murió de frío. De un lado y del otro se enfatizaron los cambios en el programa que se ocupa de las personas sin hogar, y si bien en ningún caso se llegó a sostener que las políticas previas o las que se aplican ahora tienen la culpa del fallecimiento, poco faltó para eso.

En lo referido a la situación sanitaria en Rivera/Livramento no hay, por el momento, controversias entre partidos pero sí una situación preocupante en la que “nosotros” y “ellos” refiere a lo que ocurre de un lado y otro de la línea fronteriza. Es una muy buena noticia que se haya logrado la unificación de criterios epidemiológicos, así como el acuerdo para la utilización en Brasil de los kits de diagnóstico elaborados por el Institut Pasteur, pero en otros terrenos es problemática la falta de coordinación.

El aumento de casos confirmados de covid-19 en Livramento debería llevar, de acuerdo con los protocolos brasileños, a que se cerraran los comercios que no venden productos esenciales, entre otras medidas de prevención. Parece que las autoridades locales no tienen intención de aplicar ese criterio, pero resulta evidente que, a los efectos prácticos de la prevención, no tiene mucho sentido que se tomen decisiones por separado en dos ciudades tan estrecha y fluidamente relacionadas.

Hasta mañana.