La semana pasada las dos cámaras del Poder Legislativo fueron escenario de varios cruces entre legisladores durante los debates. Ante estos hechos, los coordinadores de todas las bancadas exhortaron a sus correligionarios a mantener “las formas y la buena educación” cuando hacen uso de la palabra. Este pedido ya habría tenido efecto en los legisladores, y ayer una legisladora de Cabildo Abierto (CA) no sólo agradeció al presidente de la cámara por haberle permitido intervenir en el debate, sino también a su marido, con quien se estaba comunicando vía celular. “Muchas gracias, señor presidente. Y muchas gracias, mi amor. Te cuelgo porque me toca hablar. Tenés pollo en la heladera. Ah, te quería pedir un favor. Dejame los platos en la pileta así no hago ruido al levantarlos de la mesa”, dijo la legisladora.

Una fuente de CA explicó que lo que hizo esta legisladora “en realidad es una práctica muy corriente en nuestra bancada femenina”. “No nos gusta ese modelo de mujer soberbia e impertinente que nos quieren imponer el feminismo y la izquierda. Nuestras mujeres sólo hablan cuando sus maridos las autorizan. No negamos que para muchas de ellas puede ser un poco engorroso, porque si el marido justo está ocupado y no les contesta tienen que dejarle a otro la palabra. Pero es un sacrificio que vale la pena, porque si se pierden esas costumbres, se pierde también el valor de la familia. Y no podemos permitir que el proyecto de George Soros triunfe”.