El sábado 4 de julio Estados Unidos celebró su Día de la Independencia, que estuvo marcado por varias protestas contra el racismo y por las declaraciones del presidente, Donald Trump, con respecto al coronavirus.

En un mensaje grabado, Trump aseguró que hace cuatro meses Estados Unidos “batía récords en cualquier ámbito” con los resultados de su economía. “Entonces, nos golpeó esta terrible plaga de China”, continuó, volviendo a utilizar una expresión para referirse al coronavirus que ha sido criticada tanto por China como por organismos internacionales, entre ellos la Organización Mundial de la Salud. “Estamos a punto de vencerla. Nuestro país se va a recuperar”, aseguró. En el mismo discurso Trump reconoció el aumento de casos que se viene registrando en las últimas semanas, en las cuales el país está reactivando la economía, pero dijo que en 99% de los casos el virus es “totalmente inofensivo”.

Estados Unidos registró la semana pasada la cifra diaria de contagios por covid-19 más alta en cualquier país, y varios especialistas consultados por los medios de comunicación desmintieron que sólo 1% lo viva como una enfermedad grave. También algunos alcaldes y gobernadores demócratas criticaron estas declaraciones de Trump, mientras el responsable actual de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus iniciales en inglés) terminó diciendo en un panel de expertos en un programa de televisión que prefería no meterse en quién tiene razón y quién está equivocado.

No es la primera vez que, en el marco de la campaña electoral, Trump da información falsa sobre el coronavirus. En el acto con el que retomó la campaña dijo que había dicho a sus asesores que dejaran de hacer tantos test, porque cuantos más se hicieran más resultados positivos habría, y eso sería perjudicial para la imagen del país. Posteriormente, varios de ellos negaron que haya existido ese pedido, y aseguraron que nunca se tomó una decisión en ese sentido, hasta que la Casa Blanca emitió un comunicado diciendo que lo de Trump había sido “una broma”.

Pero el coronavirus no es lo único que marca la actualidad estadounidense, porque el movimiento Black Lives Matter también hizo su aparición en el discurso de Trump. El mandatario volvió a mostrar su desagrado por quienes se manifiestan, asegurando que el país está “en proceso de derrotar a la izquierda radical, los marxistas, los anarquistas, los agitadores, los saqueadores y la gente que en muchas instancias no sabe en absoluto lo que está haciendo”. “Nunca permitiremos que una muchedumbre enfadada borre nuestra historia”, agregó, antes de rematar afirmando: “Juntos lucharemos por nuestro sueño americano y para defender, proteger y preservar el modo de vida americano que empezó en 1492, cuando Colón descubrió América”.

Horas más tarde se multiplicaban las protestas en las principales ciudades del país, con banderas estadounidenses prendidas fuego y cantos contra Trump. Además, en una ciudad de Maryland también fue derribada una estatua de Cristóbal Colon.

La visita de AMLO

Trump no es el único presidente que le ha restado importancia a la expansión del coronavirus. En esa lista también se encuentra el mexicano Andrés Manuel López Obrador, con quien se reunirá este miércoles.

Formalmente, el encuentro está convocado para conmemorar la entrada en vigor del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, vigente desde el 1º de julio.

Sin embargo, los opositores de López Obrador aseguran que Trump lo invita a la Casa Blanca para imponer en la campaña electoral el tema de la migración a través de la frontera con México, y temen que el estadounidense busque perjudicarlo para obtener rédito político.

Pero López Obrador restó importancia a estas advertencias este fin de semana, cuando emitió un video con motivo del 4 de julio. “Voy representándoles y no tengan duda [de que] lo voy a hacer como ustedes lo merecen: con decoro y con mucha dignidad, haciendo valer la fortaleza de nuestra gran nación, México”, manifestó.

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