Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Van tomando forma las campañas hacia el referéndum sobre 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que ocuparán un lugar central durante meses. Los partidos oficialistas, que impulsan el No a la anulación de esos artículos, ya comenzaron sus movilizaciones propias, convencidos de que les conviene desplegar perfiles diversos, e instalarán una comisión para coordinar e impulsar algunos actos en conjunto. A su vez, la Comisión Nacional por el Sí realizará este sábado el lanzamiento de sus actividades, precedido este martes por una conferencia de prensa.

La verificación de las casi 800.000 firmas presentadas en apoyo al recurso de referéndum se desarrolla a buen ritmo en la Corte Electoral, y ya se revisó más de la mitad. El porcentaje de descarte indica, como era previsible, que la consulta popular se llevará a cabo, aunque aún no se puede pronosticar con certeza en qué momento del año que viene. Esto último tiene importancia, porque las campañas afrontan más dificultades durante el verano, y los debates calarán más hondo en función del tiempo que transcurra entre el fin del período tradicional de vacaciones y la votación.

Hay cierta simetría en los movimientos iniciales. Desde el oficialismo se esboza, con matices, un planteamiento general que describe a la LUC como un conjunto de normas beneficioso para todo el país, procura que salgan a defenderla organizaciones sociales, y cuestiona la impugnación como una jugada partidista, que el Frente Amplio (FA) impulsa, mediante engaños, con la sola intención de perjudicar al gobierno.

Por el contrario, en el relato de la campaña por el Sí los artículos que se someterán a referéndum sólo benefician a minorías, el esfuerzo por anularlos es ante todo social, y el oficialismo quiere desacreditar tal esfuerzo identificándolo con el FA, para que la decisión de la ciudadanía se oriente según criterios partidistas.

Ambas campañas, como sucedió en varios referéndums anteriores, intentan la identificación con el interés nacional y con símbolos patrios, al tiempo que le adjudican al otro bando la defensa de objetivos sectoriales y minoritarios.

Los defensores del Sí corren con ventaja en lo referido a la presentación partidizada de los adversarios, a partir de dos hechos evidentes: la LUC fue de modo indudable una iniciativa partidaria, y varias organizaciones sociales desempeñaron un papel central en la recolección de firmas por el referéndum.

Por supuesto, el bando del No puede alegar –como lo hace la gran mayoría de sus integrantes desde hace muchos años– que el PIT-CNT y otros movimientos sociales son prácticamente lo mismo que el FA, pero le costará mucho que la defensa de la LUC sea vista como una causa no partidaria. Según la vicepresidenta Beatriz Argimón, lo es porque su contenido expresa lo que “la gente” le pedía a Luis Lacalle Pou cuando era candidato.

En todo caso, la intención de sumar actores sociales a la campaña de los partidos oficialistas implica una de dos opciones: que salgan a escena organizaciones nuevas, sin acumulación previa de credibilidad; o que lo hagan otras muy conocidas, sin duda sociales pero no populares.

Hasta mañana.