Este lunes las directoras del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa), acompañadas por el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, concurrieron a la Cámara de Diputados en régimen de comisión general. La convocatoria fue impulsada por el Frente Amplio y acompañada por todos los partidos políticos. La razón: una serie de hechos que han generado un “estado de insostenibilidad” en el organismo.

La sesión tuvo que ser suspendida porque mientras se llevaba adelante se comunicó una fuga, un motín, y que había un adolescente apuñalado. La diputada frenteamplista Bettiana Díaz dijo que se trata de “la crónica de un desastre anunciado”, y la oposición pidió la destitución de la presidenta del Inisa.

La situación crítica del Inisa y los conflictos entre las jerarcas del sistema penal adolescente vienen de larga data, en particular entre Rosanna de Olivera, presidenta en representación de Cabildo Abierto, y Sandra Etcheverry, directora por el Partido Nacional. Esto llevó a que Cabildo Abierto pidiera la remoción de la directora blanca. Si bien Etcheverry dijo que “no pensaba renunciar” y que “seguimos de pie, pero con la bota encima jamás”, a pedido del presidente Luis Lacalle Pou, fue removida de su cargo días antes de la comparecencia en el Parlamento.

Etcheverry pasó a la Secretaría de Derechos Humanos (SDH), a ocupar el cargo de Rosario Pérez, que en un enroque pasará a ocupar la titularidad de la dirección del Inisa. Pérez, que también integra el Partido Nacional, estuvo presa en 2008 por un delito de frustración de pago de cheques, por el que asegura que fue “sobreseída”.

Este martes se sumó la renuncia de Sandra Mérida, asesora de seguridad del Inisa, cargo de confianza de la presidenta del organismo. Adujo “razones personales”. Mérida, que es policía, había sido cesada como tallerista de panadería del Inisa por inasistencias en 2019, según informó Búsqueda.

La diputada del Frente Amplio Cecilia Cairo habló este lunes al respecto en el llamado a sala: “Alguien que había sido tallerista en la institución para dar cursos de gastronomía, que incumplió –lo dice el sindicato de funcionarios– en reiteradas ocasiones con su trabajo –tenía faltas al servicio injustificadas– y fue cesada en su función, increíblemente fue contratada otra vez por la presidenta”. Según aseguró, este es uno de los puntos en los que se afectó la “institucionalidad” del Inisa.

Por su parte, Díaz señaló que además la asesora ha sido denunciada por tener un “relacionamiento no adecuado con adolescentes”, y mencionó que se registró que escribió cartas a algunos adolescentes. “Hay una una sana distancia que algunos funcionarios deberían tener con los adolescentes”, dijo, y señaló que por lo menos es “éticamente reprobable” y muestra los “efectos de contar con un equipo de asesoramiento que no tiene ninguna idoneidad para trabajar en este contexto”.

Sobre los cuestionamientos a su contratación, Mérida afirmó a El País que “no se sintió 100% defendida”, pero que “entiende en parte” a De Olivera “porque la vapulearon”. También planteó que “aunque tenía esperanza de que algunas cosas cambiaran, lo que me motivó a tomar la decisión fue el desgaste en una institución que quiere desidia, que quiere que las cosas no funcionen”.

Dijo que ella era “el punto fuerte” de la presidenta del organismo y aseguró que el sindicato “hizo todo para agotarla” hasta que “la agotó”. Afirmó que ella “no se sentaba a negociar con el sindicato”, como lo hacían las directoras del Inisa, según señaló. Y denunció que los incidentes que hay en las cárceles de adolescentes son “provocados” y que “hay funcionarios corruptos”. Reiteró que los funcionarios “son los que provocan los conflictos” porque “les sirve porque tienen material para decir que son los salvadores del funcionariado y que les preocupan los empleados lastimados”.

Afirmó que creía que De Olivera “no le iba a aceptar la renuncia” y que le dijo a la presidenta del Inisa que “alguien tenía que poner límites”. La ahora exasesora de seguridad criticó a jerarcas “que ganan 100.000 o pesos 200.000 pesos y no quieren trabajar”, y afirmó que mientras le criticaron a ella haber sido tallerista, los asesores de otros directores “no iban a trabajar todos los días”.

Mérida afirmó que todos “le hicieron la guerra” y “la vida imposible” a Cabildo Abierto porque “al Partido Nacional no le conviene que le vaya bien”, y que “el Frente Amplio se sumó al río revuelto”. “Si las cosas no cambian en el Inisa es porque tienen un doble discurso. Hay un directorio de coalición y ojalá la que venga ahora entienda que hay que trabajar con la presidenta”, disparó en relación a Pérez. Sobre Etcheverry, aseguró que “desconoció eso” e “hizo lo que quiso”.

Mérida envió un mensaje de despedida a jerarcas de distintos niveles, para que no se generen “interrogantes innecesarios”: “Me voy con la convicción de haber acompañado la gestión de una presidente que vino a trabajar. Les deseo a cada uno éxitos en su vida profesional y sobre todo en el desafío de cumplir con una labor tan compleja e ingrata a veces como lo es estar en estos lugares. Fui cuestionada, juzgada, tendrán que buscar otro argumento para juzgar y perjudicar la intachable conducta de la licenciada De Olivera, a mí me fortalecieron, pues se ocuparon demasiado de alguien que les demostró respeto y profesionalismo. Nada más”, decía el texto al que accedió la diaria.

También envió una nota a los funcionarios en la que les dijo que tiene “motivos más que fundados” para renunciar y que “la seguridad en cualquier ámbito es cuestionada y como el fútbol, se cree que todos tienen capacidad de opinión”.