Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Todos los indicadores oficiales confirman la obvia previsión de que este año será difícil en lo económico y lo social, debido al impacto nacional e internacional de la emergencia sanitaria y también a numerosas decisiones del Poder Ejecutivo para reducir el gasto público. Es probable, asimismo, que algunas encuestas no divulgadas señalen la creciente preocupación de la ciudadanía por los problemas en esas áreas, y en todo caso parece claro que varios partidos y sectores, tanto del oficialismo como de la oposición, registran la situación y están interesados en plantear iniciativas al respecto.

Por supuesto, se puede discutir en qué medida tales iniciativas se deben a la sensibilidad social, a la percepción racional de que es preciso actuar para que el país salga adelante, o al deseo de marcar perfil y ganar simpatías, pero el hecho existe e incide en la coyuntura política con independencia de las motivaciones.

El conductor de Cabildo Abierto (CA), Guido Manini Ríos, manifestó la semana pasada que ve “cierta ortodoxia” excesiva en el equipo económico, y que en su opinión el objetivo de disminuir el déficit fiscal no debe sobreponerse a la necesidad de auxiliar a los afectados por la crisis, y en especial a las pequeñas y medianas empresas. Ayer el Partido Colorado (PC) anunció que impulsa varias propuestas para “reactivar la economía”, que implican aumentar el gasto público.

Colorados y cabildantes coinciden también en la necesidad de instalar un ámbito de coordinación política entre los integrantes de la coalición oficialista. Este planteamiento, que Manini y Julio María Sanguinetti habían realizado tras reunirse hace casi un año, antes de que Luis Lacalle Pou asumiera la presidencia, implica entre otras cosas crear un escenario en el cual puedan mostrarse las diferencias entre los socios. Esto permitiría que CA y el PC tomaran cierta distancia de la orientación predominante en el Partido Nacional, y se presentaran como representantes de las demandas sociales, sin dejar ese terreno libre para que el Frente Amplio (FA) lo ocupe con comodidad.

Pero también en el FA hay movidas que cumplen la misma función, marcando perfiles internos. El Movimiento de Participación Popular dio a conocer que sus legisladores le propondrán al resto de la bancada frenteamplista un par de decenas de proyectos de ley con la intención declarada de paliar problemas sociales, económicos y sanitarios que se agravaron el año pasado.

El mismo trasfondo tiene la controversia en el seno de la mayor fuerza política opositora luego de que la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, anunciara que los alimentos donados por frenteamplistas (a propuesta públicamente suya), como parte de la conmemoración de los 50 años del FA, serán recibidos como aportes a un programa del gobierno departamental capitalino, que se ocupará de distribuirlos. No está claro qué se hará con los alimentos donados en el resto del país.

En este caso están en juego, además de cuestiones vinculadas con la separación de lo partidario y lo estatal, una competencia ya iniciada de hecho por la candidatura del FA en 2024, así como asuntos pendientes relacionados con su conducción política y la elección de quien ocupará su presidencia.

Hasta mañana.