El clima político está cada vez más polarizado en Brasil, donde se espera con expectativa lo que pueda pasar el 7 de setiembre. Ese día, fecha patria en la que se conmemorará el 199º aniversario del Grito de Ipiranga, hito que marcó la independencia brasileña del Reino de Portugal, los simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro harán un acto masivo en la avenida Paulista, la más importante de San Pablo, y la izquierda nucleada en la plataforma Fuera Bolsonaro también está organizando eventos en decenas de ciudades brasileñas.
Bolsonaro espera la movilización a su favor como una prueba de fuerza que le permita tomar aliento en medio de la crisis institucional, sanitaria, económica y social que vive el país. En esta línea, desde hace varias semanas el mandatario ultraderechista de 65 años no pierde oportunidad de promover dicho acto y de lanzar frases desafiantes. Este miércoles, durante un acto en la sede de la Marina en Río de Janeiro en el que se homenajeó a atletas militares que ganaron medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio, Bolsonaro redobló su retórica belicista al afirmar que para tener paz es necesario prepararse para la guerra. “Con flores no se puede ganar la guerra. Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, expresó el mandatario en referencia al evento del 7 de setiembre en San Pablo, al que ya comunicó que asistirá.
El martes, durante una visita a la ciudad de Uberlândia, en el estado de Minas Gerais, Bolsonaro afirmó que la población brasileña nunca tuvo una oportunidad como la que tendrá con los hechos del 7 de setiembre, aunque sin dar detalles específicos de a qué se refería cuando hablaba de “oportunidad”, según consignó Folha de São Paulo. “La vida está hecha de desafíos. Sin desafíos, la vida no es divertida. Aparecen oportunidades. Nunca otra oportunidad para el pueblo brasileño ha sido tan importante o será tan importante como nuestro próximo 7 de setiembre”, afirmó, críptico, Bolsonaro, quien posteriormente siguió hablando del acto. “Ustedes son los que deben orientarnos a todos los que estamos en Brasilia. Y esa orientación se dará con mucho más énfasis, con mucha más fuerza, el próximo 7”, agregó.
El actual momento de Bolsonaro es particularmente malo. Sin mayor apoyo político y también distanciado de las corporaciones empresariales y mediáticas que propulsaron su candidatura y su posterior llegada al Palacio de Planalto, el presidente además está viendo cómo su popularidad en las encuestas no para de caer. Para peor, todos los sondeos de intención de voto lo dan abajo del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva de cara a las elecciones de octubre del año que viene, si bien ninguno de los dos proclamó aún su candidatura oficialmente.
A propósito de las encuestas, este miércoles, medios brasileños dieron a conocer una investigación realizada por la consultora Quaest. En dicho trabajo, 47% de los encuestados dijo que votaría por Lula en las elecciones del año que viene, 26% dijo que apoyaría a Bolsonaro, 9% se inclinó por Ciro Gomes, líder del Partido Laborista Democrático, y 6% dijo que apoyaría al actual gobernador del estado de San Pablo, João Doria, del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña. Además, 8% de los encuestados dijo que no apoya a ningún candidato y 5% afirmó estar indeciso.
Contraponiéndose a Bolsonaro, la figura de Lula está en pleno ascenso, no sólo por los apoyos que reúne dentro de buena parte de la izquierda, sino porque otros sectores políticos y económicos lo ven como una alternativa sensata para gobernar el país en los próximos años. El 7 de setiembre no sólo la derecha bolsonarista se movilizará, sino que la fecha patria también tendrá actos que están siendo articulados por los movimientos sociales y políticos de izquierda agrupados bajo la consigna Fuera Bolsonaro. Lula no aseguró su presencia en ningún acto, pero se comprometió a grabar un mensaje que se difundirá en la manifestación que se realizará ese día en Vale Anhangabaú, una amplia zona arbolada situada en el centro histórico de la ciudad de San Pablo.
El compromiso de Lula se firmó durante una reunión con los organizadores del acto el martes, informó la revista Fórum. El líder del Partido de los Trabajadores, de 75 años, no descartó por completo la idea de asistir a la manifestación, aunque algunas personas cercanas a él le recomendaron no asistir. Uno de ellos fue el exministro de Salud y actual diputado federal Alexandre Padilha, quien le recomendó al exmandatario no ir a ningún acto para no generar aglomeraciones que lo puedan exponer tanto a él como a otras personas a contraer covid-19.