Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La palabra “diplomacia” no es la primera que se asocia con Cabildo Abierto (CA), pero un aspirante a la presidencia se interesa en todas las áreas de gobierno. El senador Guido Manini Ríos, invitado a Brasilia para participar en una actividad sobre geopolítica del Instituto General Villas Bôas, aprovechó la ocasión para reunirse con el vicepresidente Hamilton Mourão, a quien conoce desde que ambos eran militares en actividad, y conversar con él, entre otras cosas, sobre la posibilidad de que Uruguay firme un tratado de libre comercio (TLC) con China.

Si bien no fue una actividad oficial, Mourão está en ejercicio de la presidencia de Brasil, mientras Jair Bolsonaro participa en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Por eso, y sin desmedro de que cualquier político o simple ciudadano tiene derecho a conversar de lo que quiera con quien quiera, quizá la reunión no le haya hecho mucha gracia al presidente Luis Lacalle Pou ni al canciller Francisco Bustillo.

Ambos comparten la compleja tarea de buscar un nuevo equilibrio en la inserción internacional de Uruguay, entre la pertenencia al Mercosur, las relaciones con Estados Unidos y la búsqueda de TLC bilaterales con China y otros países, que Brasil no cuestiona como Argentina pero tampoco avala por completo. En ese marco, es natural que prefieran centralizar las conversaciones con el gobierno brasileño.

De todos modos, el hecho fue un recordatorio más de que Bustillo, como él mismo lo ha reconocido, cometió un error cuando dijo que integraba “un gobierno blanco”. Presidencia no es el Poder Ejecutivo, el Poder Ejecutivo no es la “coalición multicolor”, y los integrantes de esa coalición mantienen, más allá de los acuerdos negociados antes del balotaje de 2019, una considerable diversidad de opiniones sobre muchos asuntos.

En el terreno de las relaciones internacionales, la peculiar configuración ideológica de CA incluye, a su vez, ideas nacionalistas y regionalistas, más cercanas a tradiciones históricas de los blancos que a las posiciones hoy predominantes entre ellos. El senador cabildante Guillermo Domenech dijo ayer a la diaria que ningún TLC “puede ir en desmedro del Mercosur”, ya que “la inserción geopolítica de Uruguay no la podemos alterar”.

En la misma línea, Manini también opinó ayer que es preciso “preservar el buen relacionamiento con nuestros vecinos y socios en el Mercosur” y desarrollar “una buena negociación”, con “mucho cuidado para que esto sea en definitiva algo que le sirva a todo” el bloque. Acotó, además, que de esto hablará con Lacalle Pou y Bustillo, reivindicando así su participación directa en el asunto.

Mucho menos vocación diplomática mostró Inés Monzillo, diputada de CA, al cuestionar que el Partido Nacional se sume al “circo de la diversidad”, que considera “patético”, y afirmar que la vicepresidenta Beatriz Argimón es “vergonzosa”. Esto fue parte de un duro intercambio suyo, mediante Twitter, con el secretario general nacionalista para la Diversidad, Federico Bianchi, quien la acusó a su vez de “ignorancia y homofobia”. Es lo que tiene, justamente, la diversidad.

Hasta el lunes.