Ingresá

Instituto de Profesores Artigas, el viernes 26 de agosto.

Foto: Federico Gutiérrez

Enseñanza conflictuada (y enseñanzas del caso Marset)

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

La posibilidad de una huelga de estudiantes de formación docente fue solo una de las últimas novedades de una semana en la que se siguió tensando la relación entre los gremios de la Educación y las autoridades.

Las medidas de protesta se extienden en distintas ramas de la enseñanza pública, aunque el presidente Lacalle y el ministro de Educación expresaron que la reforma que planean no tiene marcha atrás y que seguirán enviando a la policía para desalojar los locales ocupados.

Para avivar las brasas, un integrante del Codicen opinó que hay que denunciar penalmente a estudiantes y docentes por los daños generados durante la ocupación de los centros de enseñanza.

No olvidemos que el sábado de la semana pasada, además, la casa del presidente del Codicen, Robert Silva, había amanecido con la fachada atravesada por consignas relativas al conflicto, y días después el dirigente colorado realizó una denuncia penal.

Tampoco olvidemos que a pocas horas de la pintada en la casa de Silva, la senadora Graciela Bianchi difamó a un dirigente estudiantil. (También volvió a difamar al presidente de Colombia y explicó que se había “encargado” de un periodista, al que acusó de opositor al gobierno; por esto último, cabe preguntarse por qué el Partido Nacional la precisa en la Cámara Alta).

En este panorama, cuesta reenfocarse en la prioridad del sistema educativo: los estudiantes. Como si hiciera falta un llamado de atención directo, el viernes se conocieron índices de inseguridad alimentaria entre alumnos de primaria y secundaria inadmisibles en una sociedad igualitaria.

Opacidad e indignación

El lunes, el senador frenteamplista Mario Bergara interpeló durante 12 horas a los ministros nacionalistas Luis A Heber y Francisco Bustillo por su responsabilidad en el “caso Marset”. La oposición pidió la renuncia de los secretarios de Estado, pero solamente se removió a un funcionario.

Sin embargo, el asunto está lejos de haberse acabado. El fiscal Juan Gómez tiene elementos para abrir una investigación por las irregularidades en la entrega del pasaporte al narcotraficante, mientras que los procesos judiciales asociados al caso adquieren nuevas derivaciones aquí y en la región.

Incluso el presidente Lacalle, que se había mantenido al margen de la controversia, debió expresarse durante los actos del 25 de agosto. De acuerdo a la Usina de Percepción Ciudadana, casi 70% de la población responsabiliza al gobierno por lo que ocurrió con Marset.

Como recordarán, la semana anterior Heber se había preguntado sobre la conexión entre narcotráfico y política. Durante la interpelación de la que fue objeto, la senadora frenteamplista Liliam Kechichian propuso volver a discutir la ley de financiamiento de los partidos políticos, pero la sugerencia implícita -que respondía a la inquietud de Heber- causó indignación entre algunos parlamentarios oficialistas.

Transparentar la forma en que los partidos consiguen fondos para sus campañas sería, sin embargo, una buena manera de proteger a las instituciones uruguayas ante el avance de organizaciones que se mueven con la lógica del capitalismo pero sin las restricciones legales del Estado de derecho. Por lo menos una figura del gobierno, el ministro de Defensa, Javier García, opina de forma parecida.

Otras noticias y lecturas

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura