Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La breve visita a Uruguay de Luiz Inácio Lula da Silva tuvo buenas consecuencias para el país, que mejoró sus posibilidades de convivencia productiva en la región; para el oficialismo, porque el presidente Luis Lacalle Pou aprovechó la oportunidad que le ofreció Lula para readecuar en términos dignos su relación con el Mercosur; y también para el Frente Amplio (FA), fortalecido por el triunfo en Brasil y el liderazgo regional de una figura en la que se siente representada y que le dio sobradas muestras de cercanía. Sin embargo, al día siguiente la repercusión más notoria en el FA fue una controversia vinculada con la puja entre Carolina Cosse y Yamandú Orsi por la postulación presidencial del año que viene.

Cosse aprovechó la visita de Lula para entregarle el premio “Más verde” de la Intendencia de Montevideo a la defensa del ambiente, del que fue el primer receptor. La ceremonia incluyó un breve discurso del presidente de Brasil desde el balcón del primer piso del palacio municipal, tras una convocatoria el día anterior a la que se sumó el FA.

Esto último fue señalado como un problema por Orsi, quien declaró ayer que se generó una “confusión no muy conveniente” entre un reconocimiento a Lula y un acto político. Al igual que cuando el FA pasó meses sin poder resolver la cuestión de la presidencia del Congreso de Intendentes, el tema central parece ser que la fuerza política se mantenga estrictamente neutral ante la disputa por la candidatura.

Cuando José Mujica fue a Brasil para manifestar su apoyo a Lula en el balotaje contra Jair Bolsonaro, y ocupó un lugar de gran destaque en la “Caminata de la victoria” que se realizó en San Pablo dos días antes de la elección, Orsi viajó con él y aprovechó políticamente la ocasión. Hace menos de diez días, y a propósito de la asonada golpista contra Lula en Brasilia, el intendente de Canelones lanzó la ambiciosa iniciativa de formar un movimiento para defender “la libertad y la democracia” que se extendiera por “las Américas con la mayor amplitud”.

Todo esto fue perfectamente legítimo, con o sin aspiraciones presidenciales. Los políticos hacen política, y esto incluye combinar el impulso a ideas y propuestas con la búsqueda de apoyo electoral para llevarlas adelante.

Desde que se anunció que Lula vendría a Uruguay y, además de reunirse con Lacalle Pou, visitaría a Mujica en su chacra, Cosse se movió para hacerle un lugar a la Intendencia de Montevideo en la apretada agenda del brasileño, y tuvo éxito. Orsi no se quejó de que ella también buscara exposición pública junto a Lula, sino de que el FA contribuyera a esa movida.

Lo que quizá no midió bien fue que, para mucha gente afín al FA, el apoyo a Lula está por encima de la pulseada entre Cosse y Orsi, que puede terminar causando fastidio hacia ambos.

Si se tratara de buscarle un lado bueno al asunto, no cabe duda de que en el FA, a diferencia de lo que ocurre en los partidos Nacional y Colorado, importa mucho la equidistancia de la conducción colectiva. Fuera de esto, que muestra una saludable jerarquización de la estructura orgánica, el saldo es bastante lamentable.

Hasta mañana.