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Liceo IAVA, el 13 de abril, en Montevideo.

Foto: Mara Quintero

En busca de insubordinados

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Terminada la Vuelta Ciclista, parecía que la reforma de la seguridad social iba a volver a ocupar la atención política, y lo hizo por unas horas, ya que las concesiones del presidente Lacalle Pou a reclamos de Cabildo Abierto despertaron el enojo de algunos colorados, que se habían mostrado leales al proyecto original. Por eso, la gente de Ciudadanos pidió una nueva prórroga para tratar el tema en el Parlamento y en ese lapso buscarán conseguir modificaciones propias en el articulado.

Si Lacalle “rompió la chanchita” para el partido de Manini bien podría hacerlo para no dejar tan mal al resto del oficialismo, opinó el diputado Gustavo Zubía (que es colorado, pero no de Ciudadanos). Queda claro que todos los socios del Partido Nacional saben que se trata de una reforma impopular, como indican todos los sondeos, y procuran reducir daños ante la opinión pública.

Pero decíamos que todo eso quedó en segundo plano, porque el miércoles las autoridades de Secundaria convirtieron un pequeño conflicto local en un tema de alcance nacional cuando decidieron separar de su cargo al director del liceo IAVA. ¿La razón? El director se negó a desalojar del salón gremial a los estudiantes que lo ocupaban por estar en desacuerdo con su traslado a otro lugar del liceo.

Actores políticos muy disímiles reaccionaron con sorpresa ante una medida tan extrema y la protesta se extendió por numerosos ámbitos educativos. El jueves los estudiantes ocuparon todo el liceo y fueron desalojados, la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria realizó un paro nacional de 24 horas y sobre la tarde hubo una marcha multitudinaria hacia la sede del Consejo Directivo Central, mientras que una inspectora de Secundaria tuvo que hacerse cargo de la dirección del liceo IAVA, dado que ningún profesor quiso ocupar la vacante forzada por las autoridades.

El viernes fueron los profesores los que ocuparon el liceo y fueron desalojados, volvieron a realizar un paro en Montevideo y realizaron la denuncia ante la Institución Nacional de Derechos Humanos. También los directores de liceos se solidarizaron con el colega sumariado.

Si me permiten, hay algo llamativo en algunas palabras que usaron las autoridades. Para justificar el sumario al director del liceo se refirieron a su “insubordinación”, un término que, por provenir de la jerga militar, evoca estructuras autoritarias y que, según el gremio docente, no es aplicable en estas circunstancias. Por otra parte, el ministro de Educación, Pablo da Silveira, dijo que la ocupación del salón gremial equivalía a la “privatización” de un espacio público y así buscó crear confusión acerca de la naturaleza de las protestas colectivas.

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