En el marco de una nueva conmemoración del Día Internacional contra el Maltrato Infantil, este martes 25 de abril la Plataforma Infancias y Adolescencias (PIAS) publicó un documento con su posicionamiento con relación a las manifestaciones de violencia hacia niñas, niños y adolescentes y la situación actual de sus derechos. “Hacemos un llamamiento a la sociedad en su conjunto a reflexionar sobre el maltrato en un sentido amplio, en el entendido de que supone un continuo de situaciones violentas, siendo de las expresiones más extremas el castigo físico y el abuso sexual”, apunta el texto.

En uno de los primeros puntos del documento, PIAS denunció la “infantilización de la pobreza” y afirmó que las infancias y las adolescencias son los sectores de la población que concentran “las mayores inequidades a nivel del país”. En ese sentido, la plataforma exigió una “imperiosa profundización de acciones garantistas de sus cuidados, educación y protección”, con el objetivo de “promover oportunidades en un marco de compromiso y corresponsabilidad social”.

Para lograr este propósito, PIAS señaló que es necesario “visibilizar y reflexionar” sobre las violencias presentes en diversos ámbitos de la vida de las niñas, niños y adolescentes “a los efectos de problematizar prácticas naturalizadas que circulan entre lo privado y lo público, en el interjuego de lo familiar, las instituciones, las comunidades y las políticas públicas”, y “a fin de construir acuerdos y acciones complementarias protectoras de la continuidad existencial de los sujetos”.

PIAS también denunció que desde la pandemia por covid-19 se ha producido un “repliegue de las políticas orientadas a la protección social”, que ha propiciado el “debilitamiento de las instituciones responsables de promover estrategias que fortalezcan procesos, de cara a un desarrollo humano sostenible para todos y todas”. En ese sentido, para la organización es necesario generar respuestas al incremento de la violencia intrafamiliar, que “denota entornos de alta complejidad y con múltiples dificultades para acompañar las necesidades e intereses de niños, niñas y adolescentes, en un marco de vínculos estables y confiables”.

En el caso de situaciones “más extremas” de violencia, la plataforma recomendó la intervención del Estado por medio de los Centros de Protección Integral de 24 horas. Si bien reconoció que actualmente se atienden estas situaciones, aseguró que los mecanismos de respuesta “denotan dificultades que se alejan del objetivo” de brindar una atención de calidad y con los recursos necesarios.

Educación, salud y violencia sexual

En el ámbito educativo, PIAS reclamó garantizar el derecho a la educación en “igualdad de condiciones y oportunidades” que hoy “carece de alcance universal” y presenta dificultades en las trayectorias educativas atravesadas por situaciones de “vulneración, discriminación y exclusión a centros educativos de calidad que acompañen la diversidad de necesidades de las infancias”, obstáculos que se incrementan en los casos de niñas, niños y adolescentes en situación de discapacidad.

A nivel de la salud, el documento sostiene que “los servicios muestran dificultades en dar respuestas a tratamientos que garanticen la atención, a la vez que se visualiza un aumento de la medicalización como forma de respuesta a diversas situaciones, siendo lejana la posibilidad de espacios terapéuticos garantes de procesos reflexivos que nutran la toma de decisiones de adolescentes y familias”. Además, apunta que es “paradójico” que sean “escasos o nulos” los centros de salud “preparados para favorecer la escucha de malestares, informar y dar respuestas a las necesidades de niños, niñas y adolescentes”.

La plataforma también denunció un “debilitamiento del sistema de cuidado y de apoyos consecuentes a las familias con niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad”. Esta situación, apunta la plataforma, expone a una mayor vulneración de los derechos de estas poblaciones en todos los ámbitos, a la que se suma el entorno familiar, “donde en ocasiones son víctimas de un abandono físico y psicológico, con la falta de cuidados adecuados y a veces el aislamiento forzado”.

Una de las expresiones de violencia más extrema hacia las infancias y adolescencias son las diversas formas de agresión sexual, un problema que “crece de manera alarmante año a año”, sostiene el texto. Asimismo, la PIAS estableció que “la explotación sexual, como otra expresión de violencia sexual, aún sigue teniendo niveles de tolerancia social altamente preocupantes”. También planteó que la violencia de género afecta de manera “grave” a las infancias y adolescencias en su “derecho a vivir una vida libre de violencias” y señaló que este tipo de violencia tiene su expresión “más cruda” dentro de las familias a través del fenómeno de la violencia vicaria, que en 2022 se cobró la vida de varios niños y niñas.

Con relación a los puntos expuestos, PIAS lamentó “profundamente” el “enorme retroceso para la protección de las infancias y las adolescencias que supone la votación, por parte de la mayoría de diputados y diputadas, de la Ley de Corresponsabilidad en la Crianza”.
Asimismo, la plataforma rechazó que el Parlamento legisle de “espaldas a la opinión de la academia, las organizaciones sociales, las asociaciones profesionales (de médicos, jueces, defensores) y organismos internacionales, que una y otra vez advirtieron sobre el grave peligro y desprotección a las infancias que implica dicha ley”. “Hoy nos encontramos un poco más lejos de lo que estábamos en materia de protección contra distintas formas de violencias”, alertó PIAS.